MIRADAS PERSONALES AL 15-M
 

CUENTO DE NAVIDAD: 15M-DRY: UN FUTURO

POSIBLE



 

El 15 de mayo de 2011, coincidiendo con profecías mayas que hablaban de un cambio de rumbo para la Humanidad, que muchos interpretaron en un primer momento como el anuncio del fin de ésta, nació en una plaza de Madrid, la llamada Puerta del Sol, el movimiento ciudadano llamado 15M.

Tras la ilusión inicial, que movilizó a cientos de miles de personas, pareció perder fuelle, aunque se mantuvieron activos todos los grupos que habían dado lugar a él.

En el obsoleto parlamento oficial de aquella tierra, llamada entonces España, el modelo democrático nacido dos siglos antes comenzó a descomponerse víctima de sus propias contradicciones.

Las elecciones generales habían dado el triunfo a los partidos conservadores, con lo que la permisividad inicial hacia el movimiento ciudadano se transformó en persecución más o menos encubierta.

No pudiendo reunirse pacíficamente en las plazas como habían hecho hasta entonces, los ciudadanos se refugiaron en Internet, donde encontraron cierta seguridad, al tiempo que informaban incansablemente al resto de sus conciudadanos sobre los entresijos de un sistema corrupto que sólo conservaba de democrático el nombre.

La ola de indignación continuó creciendo, con la inesperada ayuda de un gobierno conservador que ni se molestaba en esconder, ni podía, sus juegos políticos y su pésima gestión económica, esquilmando toda la riqueza pública mediante privatizaciones, agravadas por innumerables casos de corrupción, al tiempo que se agudizaba la crisis económica y aumentaba el paro.

Aún pasarían dos años hasta que el Parlamento Ciudadano Digital contó con el número suficiente de personas que votaran en él, al tiempo que renunciaban al voto en las elecciones de los partidos políticos, que hacían campañas publicitarias tan costosas como inútiles, generosamente subvencionadas por la banca.

Cuando el número de ciudadanos que votaban en un sistema democrático participativo a través de la red sobrepasó el sesenta por ciento, la clase política comenzó a preocuparse seriamente: redujeron sus sueldos y privilegios, que pasaron a ser compensados por donaciones ocultas de la banca, y admitieron algún tipo de participación de los ciudadanos en los plenos parlamentarios, comenzando a llevar a cabo ciertas reformas que habían sido reivindicadas por éstos desde mayo del 2011. Pero ya era tarde, la mayoría votó mantenerse al margen de un sistema que ya sabían completamente dependiente de la banca y las grandes corporaciones empresariales.


Se intentó hacer obligatorio el voto, pero fue inútil: ni se votaba ni se pagaban las multas por no votar. Cuando dichas multas se empezaron a descontar directamente de las cuentas bancarias de los ciudadanos, éstos optaron por cancelarlas y guardar en sus casas sus ahorros, con el consiguiente perjuicio para la banca, que se debatía, sin solución, entre sus intereses y sus intereses, como de costumbre.


El siguiente paso fue la objeción fiscal: el ya sesenta y cinco por ciento de los ciudadanos se negó a pagar impuestos salvo que éstos fueran administrados por ellos mismos mediante votación de los presupuestos generales a través del parlamento digital, el único que sentían que les representaba.

Esta acción, paradójicamente, tuvo poca repercusión en España, pues la mayoría de los impuestos sobre la renta se descontaban directamente de las nóminas de los asalariados, que significaban el setenta por ciento de la recaudación total, pero fue una medida sumamente efectiva en otros lugares de Europa.

 

Los ciudadanos optaron luego por utilizar otra herramienta a su alcance: el consumo: Se fueron confeccionando listas de bancos y empresas corruptos o que fomentaban guerras y especulaciones financieras, centrando la acción contra un conjunto de ellas, que acababan con grandes pérdidas al cabo de pocas semanas. Éstas reaccionaron comprando y vendiéndose mutuamente las acciones, a fin de desorientar a los ciudadanos, que decidieron entonces ir creando sus propias empresas y cooperativas, todas administradas horizontalmente mediante un sistema de democracia participativa, y sustentadas con los millones de euros que constituían los ahorros guardados por las familias en sus propias casas.

 

Las recién creadas cooperativas utilizaron como medio de publicidad, que resultó asombrosamente efectivo, la renuncia a la obsolescencia programada de la que hacían uso el resto de las empresas: cada aparato fabricado en las cooperativas de la red 15M era entre tres y diez veces más duradero que los habituales en los comercios. Este hecho, unido a las carencias provocadas por la crisis en la clase media, provocó un enorme e inesperado aumento de la demanda, al poder adquirir los ciudadanos aparatos y utensilios de todo tipo de mucha mejor calidad que los habituales y al mismo o menor precio.


 

Las cooperativas 15M, autogestionadas por sus propios trabajadores, tenían tales índices de crecimiento, que se multiplicaban por todo el mundo, dando trabajo a millones de parados, que disfrutaban de salarios por encima de la media, al repartirse la plusvalía que en las antiguas empresas pasaban a engrosar la fortuna de una minoría dirigente o directamente de la banca que las financiaba y controlaba.

Los bancos y sus portavoces, los políticos, pensaron: si no les permitimos crear esas cooperativas, no dejarán circular el capital y nos arruinaremos, y si se lo permitimos, serán nuestros competidores. Tuvieron que optar, inevitablemente, por lo segundo.


 

Los aún verdaderos y poderosos dueños del mundo empezaron a impacientarse e intentaron, como último recurso, hacer uso de una herramienta que había resultado muy efectiva en dos ocasiones, un siglo antes, para neutralizar movimientos obreros y ciudadanos de todo tipo: una nueva guerra mundial.

Se pretendió enfrentar a Europa con los pueblos musulmanes del otro lado del Mediterráneo, con el pretexto de un fortalecimiento del integrismo religioso, pero los ciudadanos de ambas orillas no cayeron en la trampa. Fue el gran examen para el pacifismo del que siempre había hecho gala el 15M.

 

Nunca vieron las calles de Europa manifestaciones mayores que las de entonces, con millones de personas diciendo no a la guerra y miles de soldados, ya demasiado acostumbrados a participar en acciones humanitarias, negándose a participar en ella. Fue entonces cuando el sistema recurrió, sin miramientos, y despojándose de su máscara, a la violencia. Miles de mercenarios llegados de todas partes del mundo, y muy bien pagados por la banca, recorrieron las calles de la mitad de las calles de Europa disolviendo violentamente cualquier pequeño grupo de ciudadanos que encontraran debatiendo en las plazas.

Pero quedaba internet, la red que ya antes había servido de refugio, la red que no podían desconectar sin sufrir enormes pérdidas económicas, pues bancos y grandes empresas, en su codicia, habían reducido sustancialmente sus plantillas de trabajadores, sustituidos por los muy efectivos sistemas informáticos.


Fue entonces cuando el azar sonrió al 15M, dándole el impulso final definitivo: en China también había movimientos contestatarios, pero de índole diferente a los europeos, surgidos de una recién nacida clase media que reclamaba mejores servicios e infraestructuras sociales, y fomentados por los servicios secretos estadounidenses, que veían pasar su hegemonía mundial a manos chinas, pero no podían enfrentarse de una forma directa, ni comercial ni militarmente, al renacido y ancestral imperio, pues ambos poseían armamento nuclear.

El gobierno chino, incapaz de combatir eficazmente la corrupción, y consciente del peligro que significaban las revueltas, optó por apoyar y adoptar el modelo de democracia participativa nacido en Europa, a fin de debilitar a sus competidores gobiernos occidentales, y porque lo consideraron más cercano, al menos teóricamente, a su cultura e ideología, y un mal menor comparado con la alternativa: un país dividido y sumido en el caos, como ya había sucedido siglos antes con la llegada de la marina británica, durante las humillantes Guerras del Opio.


 

Las ya miles de cooperativas 15M distribuidas por todo el mundo eran, además, muy buenos clientes del gigante asiático, y la carencia de materias primas hacía de la fabricación de aparatos sin obsolescencia programada una alternativa válida para China, y la única forma de poder garantizar un nivel de vida suficiente para sus ciudadanos, neutralizando así parte del descontento de los mismos. Para China, pasar de la producción en masa de objetos baratos y de poca calidad, a una producción cualitativamente superior significaba desbancar definitivamente del liderazgo económico mundial a Estados Unidos, a Japón y a la Unión Europea, incapaces ya de competir, ni siquiera tecnológicamente, reservándose cada bloque una especialidad técnica sobre la que sustentar su actividad económica.


Una vez trasladado el poder a los ciudadanos, a través de parlamentos digitales en que se votaba protegiendo las elecciones con los sistemas informáticos más efectivos, los mismos que hasta poco tiempo antes se usaron para salvaguardar las transacciones bancarias, las transformaciones sociales fueron sucediéndose una tras otra: La prohibición de los paraísos fiscales, votada casi por unanimidad, supuso el primer recorte al monstruoso poder acumulado hasta entonces por la banca y los especuladores financieros. Los políticos perdieron prácticamente todos sus privilegios, pasando a ser meros funcionarios dedicados a redactar las leyes votadas por los ciudadanos.


También se propusieron y aprobaron, entre otras, leyes de limitación de acumulación de riqueza, leyes de prohibición de conflictos bélicos, quedando los ejércitos para labores de protección civil ante catástrofes naturales, y de policía de los derechos humanos, siempre bajo las órdenes directas de los parlamentos digitales, aprobándose al mismo tiempo leyes de reconversión de la industria de armamento.


Aprobadas por amplia mayoría, a pesar de la campaña en contra financiada por la banca, fueron las leyes de distribución gradual del trabajo, reduciéndose paulatinamente las jornadas laborales, al repartirse el trabajo entre toda la población activa existente, terminando así con el paro, y viniendo a demostrar, a los sorprendidos ciudadanos, el verdadero poder de la riqueza pública que, administrada de una forma racional, proveía a todos de un nivel de vida mucho mejor de lo esperado.


Las nuevas leyes de enseñanza, de las más debatidas, aplicaron finalmente los sistemas pedagógicos que ya habían demostrado su efectividad en la formación y enriquecimiento de la personalidad de los niños, tanto como en el desarrollo del pensamiento crítico, sistemas a los que la clase política hasta entonces había marginado, pues daba lugar a ciudadanos demasiado contestatarios para un sistema social jerárquico y vertical como el creado por ellos y las grandes corporaciones bancarias y empresariales, que habían regido los destinos del mundo durante tantos siglos.


Así se sentaron, poco a poco, las bases de las primeras generaciones de humanos realmente libres, los primeros que nacieron en sociedades que les garantizaban, por el simple hecho de nacer en su seno, protección, alimento, formación y vivienda, a cambio de apenas dos horas de trabajo diarias pues, como ya habían calculado economistas independientes décadas antes, tan sólo esa jornada laboral era necesaria para mantener el mismo nivel de vida del que hasta entonces disfrutaba la clase media de los países desarrollados, al utilizar para el bien común, y no el una minoría, las enormes posibilidades de la tecnología ya creada.

El aumento del tiempo de ocio y de posibilidades de acceso a la cultura dieron lugar a tal explosión cultural, que se habló de un nuevo Renacimiento, esta vez global.


Ése fue el comienzo del fin de un sistema y el nacimiento de otro, que aún tardaría dos décadas en perfeccionar su funcionamiento, y casi un siglo en extenderse hasta el último rincón del mundo.

Hoy en día, cuando se estudia aquel movimiento ciudadano, y especialmente el sistema obsoleto que le precedió y que dio lugar a él, suelen ser los niños pequeños, siempre ansiosos por comprobar que los adultos también hacen tonterías, los que más ríen cuando se les explica que, no hace tanto, muchas personas mayores creían vivir en un sistema democrático sólo porque depositaban, una vez cada cuatro años, un papel con unos nombres de personas a las que ni conocían, en una caja que llamaban urna, cediendo así a esas personas todos sus derechos de decisión social durante los cuatro años siguientes.

Los adolescentes también, con la rebeldía propia de la edad, ríen a carcajadas comentando esas rarezas estudiadas en las clases de historia.

 

Málaga, 14 de abril de 2211

 

Nekovidal – nekovidal@arteslibres.net

 

 

 

EL POZO SIN FONDO
 

Cada ser humano va eligiendo, a lo largo de su vida y de acuerdo a su experiencia, un camino a través del cual interpretar la compleja naturaleza de sus semejantes y de los grupos y sociedades a las que damos lugar a través de la convivencia.

Personalmente, hace años que elegí el camino del estudio de la historia como herramienta para dicho fin.

Creí ingenuamente en mi juventud que el mundo se dividía en buenos y malos, y que la solución a todos los problemas de la Humanidad pasaba por conseguir que las personas más honestas formaran parte del grupo que toma las decisiones sociales, pero vi fracasar todos los cambios y revoluciones una detrás de otra, hasta que comprendí que el problema no estaba en las decisiones de unos u otros, que cada vez se diferenciaban menos entre sí, sino en un cambio de estructura del sistema, un cambio en la forma profunda de pensar, un cambio de modelo o paradigma.


Observé que todo ser humano sufre una transformación cuando consigue cierto poder político o social, y que, salvo contadas excepciones, acaban transformándose en personas que olvidan los ideales que les hicieron conseguir el apoyo y la confianza de millones de personas. Me di cuenta de que las estructuras sociales son más efectivas cuanto más horizontales, lo que explica que países como Japón, sin prácticamente ninguna materia prima, se convirtieran en potencias económicas basadas en el arma más poderosa de esa sociedad: el respeto y el apoyo mutuo.

De igual forma, imperios con una riqueza material enorme, como los Estados Unidos, se van desmoronando lentamente, víctima de un sistema que alaba la capacidad de enriquecerse de cualquier individuo, incluso pasando por encima de los intereses del resto de los ciudadanos, los intereses comunes. Esa sociedad ha terminado teniendo bolsas de pobreza peores que las de Pakistán, una de las zonas más pobres del mundo, y han entregado sus gobiernos, en otra época modelo de democracia y libertad, a lobbys y grupos de presión capaces de embarcarles en guerras que sólo a esos grupos y empresas benefician, pero que perjudican claramente a la inmensa mayoría de la población.

Hace décadas pensaba que la generación de mis hermanos menores sería la que diera el gran paso, para creer luego que tal vez fuera necesario más tiempo, tal vez un par de siglos incluso. Y cuando ya creía que estas sociedades postconsumistas en que vivimos habían arrancado o dormido el alma de sus ciudadanos, todos nosotros, algo ocurre en las plazas de esta tierra, algo impensable hace un mes tan sólo: los ciudadanos ya no se creen la farsa de un papel en una caja cada cuatro años, de una clase política que se dice representante de los intereses de los ciudadanos pero que actúa, en la práctica, y al margen de la ideología conservadora o progresista que usen por bandera, los intereses y privilegios de una reducidísima minoría que va acumulando, día a día, más y más poder.

Surgió ese movimiento como la confluencia de los intereses comunes de grupos y asociaciones que poco o nada parecían tener en común: asociaciones contra la limitación de la libertad en internet, contra la abusiva ejecución de las hipotecas por parte de los bancos, que dejan cada día veinte familias sin hogar y endeudadas de por vida, contra la violencia de género, contra el encausamiento del juez Garzón, etc., etc.

Un día comprendieron que tenían un punto en común: todos ellos eran ciudadanos víctimas de alguna injusticia producida por el sistema en que vivían . . . y se echaron a la calle . . .

Si el movimiento fue una sorpresa, más lo fue comprobar la madurez e inteligencia con que actuaban, a pesar de la juventud de más de la mitad de sus componentes: no cayeron en la trampa de dejarse arrastrar por ningún líder que les vendiera un sueño, como tantas veces había sucedido en el pasado a lo largo de la historia, ni en el error de intentar promover cambios a través de la violencia, que siempre le serviría de justificación a quienes estuvieran interesados en destruir ese movimiento ciudadano, ni cometieron la necedad de autodefinirse como conservadores o progresistas, ni se identificaron con ningún partido pues sabían, y saben, que entre sus filas hay personas de todas las ideologías, religiones y actitudes.

No sé si a través de largas horas de meditación o debate o si espontáneamente, han dado un paso de gigante en la evolución de las sociedades humanas, mostrando lo caduco y obsoleto del sistema anterior, todavía vigente: no quieren partidos de derechas o de izquierdas en el parlamento, quieren que el parlamento y quienes ocupan los escaños, funcionarios a los que pagamos sin demora cada mes sus salarios y privilegios, sean el reflejo de cuanto piensan, sienten y desean los ciudadanos de ese país. Para ello proponen reformas de la ley electoral que incluyan el referéndum como herramienta y derecho de los ciudadanos, que se les consulte, al menos, las leyes y decisiones más importantes que les afectan socialmente.

Saben muy bien lo que hacen, conocen y confían en las capacidades innatas del ser humano, en su sentido natural de la justicia, saben que la mayoría nunca votaría una guerra colonial, ni regalar miles de millones a la banca privada para compensar sus errores y su codicia, mientras sus beneficios se esconden en paraísos fiscales, saben que nadie votaría congelar los salarios y las pensiones, sino que, si fuera necesario, se decidirían mayores cargas fiscales a las grandes fortunas.

No importa cuanto durará este movimiento ciudadano, hasta donde madurará y se extenderá, y si conseguirá todos o sólo algunos de sus reivindicaciones y objetivos, su mera formación y existencia ya ha marcado un hito en la historia, incluso si desapareciera mañana mismo.

De igual forma que a una persona se le puede conocer viendo quienes son sus amigos y sus enemigos, a los movimientos sociales, también.

Prácticamente toda la clase política, de todas las ideologías, la banca, los medios de comunicación controlados por ésta y las grandes empresas, miran con enorme desconfianza a este movimiento pacífico, se ponen nerviosos y tienen sus razones, pero todos juntos no son ni el 5% de los ciudadanos, y si realmente se tienen por demócratas, deberían hacerse a si mismos muchas preguntas, como si es un sistema realmente democrático el que permite que los votos del 20% de los ciudadanos otorguen mayoría absoluta a un partido, como sucede en España y en otras partes del mundo, mediante el sistema de pactos entre formaciones políticas.

Mientras las ideas y las ilusiones se extienden lentamente, esa minoría de personas que niega o difama este movimiento, siguen cayendo en su pozo sin fondo, el pozo de sus miedos y prejuicios, el pozo oscuro que siempre ha frenado el progreso de la Humanidad.

Son los que olvidan que el cambio, en las sociedades vivas, y todas lo son puesto que seres vivos las componen, es un proceso permanente, los que olvidan, en última instancia, la verdadera esencia de la democracia, que no es otra que el gobierno de la forma más directa, real y participativa posible por parte de los ciudadanos.

Ahí siguen en el pozo sin fondo de sus miedos, donde le tenderán una mano, como siempre ha sucedido, el resto de sus semejantes.

Esperemos que tengan, al menos, el valor de aceptarla.


Nekovidal 2011 – nekovidal@arteslibres.net


 


 

- SERIE AFORISMOS: "LA NO VIOLENCIA ES EL ARMA QUE CAMBIARÁ EL MUNDO"
 

La no violencia es, seguro, el arma que cambiará el mundo, porque todas las demás armas ya las hemos probado, y lo que han cambiado ha sido poco más que el tipo de arma a usar.

Hemos llegado al extremo de poder destruir el planeta y toda la vida que contiene, potencialmente, decenas de veces, con varios miles de bombas atómicas en nuestro patético, siniestro y ridículo haber.


 

La no violencia cambiará, antes o después, el mundo, porque ya no nos queda ninguna locura violenta por probar, violencia y locura definidas y catalogadas por razas, religiones, patrias, ideologías, comunidades, familias, parejas y hasta individuos que agreden a sus semejantes e, inevitablemente, se agreden a si mismos.


 

Pero, sobre todo, la no violencia cambiará el mundo porque nuestra especie al fin va saliendo, según parece, de la adolescencia, y porque no tenemos otra alternativa de supervivencia a largo plazo.

 

Nekovidal 2011 – nekovidal@arteslibres.net


 

 

"EL COMPAÑERO ANTES QUE EL VIAJE Y EL VECINO ANTES QUE LA CASA"
 

En Islandia, tras el estallido de las protestas ciudadanas por la crisis financiera, se dio una situación casi tan esperpéntica como la misma crisis: En esa tierra no se había producido ninguna manifestación desde los años cincuenta del siglo pasado, por lo que los policías antidisturbios no tenían, por decirlo en pocas palabras, práctica en su oficio.

Los manifestantes se agolpaban frente al parlamento y no sólo gritaban, sino que arrojaban huevos contra los políticos conservadores que habían dirigido el país durante los últimos dieciocho años y habían dejado una deuda de 160.000 euros para cada ciudadano, la más alta del mundo en un país que era, estadística y paradójicamente, el más rico del mundo.

Los policías pedían a los manifestantes que, por favor, no arrojaran huevos ni ningún tipo de objetos, que se limitaran a gritar sus consignas o, incluso insultos, pero nada más, pero la ira ciudadana ya estaba desbordada.


 

Finalmente, algún político dio, posiblemente desde el interior del parlamento y mientras se limpiaba los huevos de su caro traje a medida, la orden de cargar. Pero los policías no podían porque, por suerte para ellos y la sociedad en la que vivían, no alcanzaban a concebir, ni siquiera dentro de sus mentes presuntamente militarizadas, la idea de golpear a sus conciudadanos sólo porque protestaran contra una injusticia que sabían que afectaba a todos, y a ellos, por supuesto, también. Todo se redujo a unos empujones y dos o tres golpes.

Hay actitudes que sólo las puede proporcionar una buena educación, y la sana e imprescindible costumbre de aplicarla a diario en la vida social.


 

Tiempo después, ese mismo pueblo sin policías lo suficientemente agresivos, detuvo y juzgó a tres banqueros y un primer ministro, y en dos ocasiones, el siguiente primer ministro, se negó a firmar el pago de la deuda especulativa pendiente sin un referéndum por medio, posiblemente recordando cómo había terminado su antecesor en el cargo.

Acabo de leer que, para sorpresa de los economistas teóricos del sistema, Islandia está saliendo de la crisis mucho más rápido que, por ejemplo, Irlanda, que asumió resignadamente las deudas de sus banqueros, políticos y especuladores.


 

"Es casi como si el impago de las deudas acumuladas por un sector bancario fuera de control y la depreciación del tipo de cambio funcionaran mejor, incluso desde el punto de vista de los inversores, que socializar las pérdidas del sector privado y mantenerse en un sistema con un tipo de cambio fijo", escribe hoy el Nobel Paul Krugman en su blog del New York Times.

Se dice que, cuando la vida aprieta, ya deja de ser importante lo que es bueno o malo, justo o injusto, centrándonos sólo en lo que nos permite sobrevivir, y es entonces cuando la educación recibida muestra su decisivo valor, cuando unas personas o sociedades anteponen, o no, la casa al vecino y el viaje al compañero.


 

Suele ocurrir, y no deberíamos olvidarlo, pues en esto la vida es, a medio y largo plazo, escrupulosamente justa, que quienes cometen el error de no saber distinguir lo prescindible de lo imprescindible suelen terminar sin casa, sin vecino, sin compañero y sin viaje.
 

Nekovidal 2011 – nekovidal@arteslibres.net

 


 

QUO VADIS 15M

No cabe duda Nathaniel, hijo mío, que la civilización ha avanzado. Antiguamente el peligro venía por tierra y luego por mar, arrasando pueblos y familias a espada y fuego, con violencia feroz y sanguinaria. Después se descubrió America y se arrasaron con armas de fuego sus búfalos, y con enfermedades se exterminó a sus pobladores. Más tarde el fuego llegó del cielo, que democráticamente destruía todo.

 Los Reyes inventaron la Inquisición, selectivamente fueron acabando con los judíos conversos, y se les llamó católicos; cuando la matanza fue indiscriminada, se les llamó nazis.

 Las mujeres eran objeto de cambio y mercadería en la antigüedad, y ahora, en muchos lugares, eligen a sus maridos y sólo trabajan en casa cuando vuelven de hacerlo en casa del vecino. En la Grecia Antigua, la aristocracia derrocó a la Monarquía, avanzando hacia una República democrática, retirando el poder de uno para entregárselo a alguno.  Dos mil años después la burguesía enriquecida derrocó a la aristocracia, y algunos machos más consiguieron el voto. Hace ya más de cien años, en Occidente, la mayoría, sin distinguir género, pudo votar. Fue la Revolución proletaria, y el bolchevismo y su estado-policía se encargaron de sublimarla, es decir, de volatilizarla a un estado sólido sin pasar por el líquido.

 A cada revolución sucedió su restauración, y a esta, una nueva revolución, para restaurar el Tao. En la tortura y sus métodos, también se ha avanzado mucho, desde las bárbaras costumbres de golpes, mutilaciones, enterramientos y crucifixiones, pasando por métodos que evitaban señales, hemos llegado a la limpieza psicológica de un Guantánamo. En la familia primitiva comían primero los más fuertes, los aptos para la caza, y hoy los niños reciben antes y más de lo que desean, en regalos y en estudios, de manera que la duración de vida estimada de la antigüedad, se emplea hoy día en formación académica para la caza de un empleo. Toda la vida, si se pretende participar en caza mayor.

Y en vivienda, el avance fue espectacular. Tras vivir en simples cavernas naturales, hoy muchos disfrutan de las vistas de su ventana en el piso 27. Y para que nadie pueda quitarles ese pedacito de cielo, tan sólo tienen que trabajar desde que terminan sus estudios hasta la jubilación, cuando podrán disfrutarlo siempre que paguen las facturas del ascensor. Y, si medimos la riqueza en objetos acumulados, hoy hay más ricos que nunca. De hecho, con la explosión materiografica, las mujeres pudieron encerrarse en sus casas durante muchos años para entregarse al disfrute del cuidado de los objetos patrimoniales, mientras que el hombre podía emplear todo su tiempo en obtener más objetos y los medios de preservarlos.

No quiero aburrirte más con esta prolongada enumeración de maravillas conseguidas por la civilización humana. Y prefiero, para mantener el balance positivo, no tocar aquí el coste que esto ha arrastrado para otras especies, animales y vegetales, como para la propia salud general de la tierra y sus elementos y minerales.

Ahora llegó la revolución política y se ha logrado gran cosa. Sabedores que la anarquía queda para los ángeles, hemos logrado controlar a la clase política. Pueden ser despedidos de sus funciones por votación popular y juzgados en cualquier momento, como un ciudadano más. Los ciudadanos ponen sus salarios a cada político cuando toma el cargo y deciden sus rentas cuando lo termine, con una simple consulta en Internet. La política deja de ser un medio para obtener poder y privilegios, lo que sin duda apartará de ella a quienes solo lo hacían con tales fines.

Pero, como la historia ha demostrado, una estructura solo se mantiene si participan en ella todos sus miembros conocidos. De lo contrario no durará mucho. No puede quedar una Suiza en la Unión Europea, ni un África en el mundo. Ninguna ley contendrá la fuga de capitales; ningún muro la de los hambrientos.

La democracia por tanto solo puede ser global. Y, si se vota, que también se pueda retirar el voto. Y si votan los enfermos, los analfabetos, los idiotas,  y los mismos políticos, ¿por qué no han de hacerlo los niños legos y los presos?

La civilización humana ha avanzado mucho, sí, pero la verdadera pregunta, la única que nos daría una respuesta clara y unívoca, es ¿cuánto ha avanzado el humano en serlo? O bien, si ésta está clara, ¿Cuál y dónde está el obstáculo que impide al humano serlo? Darle respuesta es nuestra responsabilidad y nuestro reto. Cuando la consciencia de esto último sea clara en una masa suficiente de seres, la tortilla dejará de dar vueltas.         

 

Diego Pérez

 

 


 

15-M: “Gota a gota, el agua horada la roca”
 

Una idea, una gota, y gota a gota, el agua horada la roca.


 

Quienes hablan otras lenguas y tienen otras costumbres, esos que moran más allá de nuestras fronteras, tal vez no siempre sean bárbaros a los que combatir y esclavizar . . . una gota.


 

Hay personas que visten ropas para nosotros extrañas, y su piel es de otro color, pero sufren y gozan nuestras mismas pasiones . . . otra gota.


 

Bautizados o no, indios, cristianos, judíos o musulmanes, antes que paganos, infieles, gentiles o herejes, son humanos . . . otra gota.


 

Alguien dijo un día: “Todos los hombres nacen y permanecen libres e iguales en cuanto a sus derechos” . . . y las gotas se hicieron arroyo.


 

Un siglo después, la mitad de la humanidad gritó: Nosotras también estamos aquí y debemos tener derecho a voto, queremos el calor y la justicia de la igualdad . . . y el arroyo se transformó en un río caudaloso . . .


 

Hoy en día, alimentado por las aguas que proceden de las altas y heladas cumbres, siempre ajenas, frías e indiferentes, a la vida que rebosa en los valles, aumenta el río, día a día, su caudal, y susurra a su paso:


 

Ya es hora de una democracia real. Si entre todos, con nuestro trabajo, nuestras ideas y nuestros impuestos, construimos el mundo, entre todos debemos gobernarlo, siendo los ciudadanos, y no la clase política, quien decida las leyes y en que utilizar el dinero público

Siempre prevalecerá así el interés y bienestar de la mayoría de los ciudadanos sobre la codicia de una minoría . . . y hasta las rocas, que nunca supieron escuchar, son moldeadas, poco a poco, con formas redondeadas y suaves, por el humano torrente de ideas que las arrastran.
 

Nekovidal 2011 – nekovidal@arteslibres.net

 


 

PERDIDOS POR ESOS MUNDOS
 

Perdidos por esos mundos vagaban millones de tuertos, guiados por grupos de ciegos. Tenían los ciegos el mundo en sus manos, pero era un mundo que no podían ver, un mundo perdido y absurdo que sólo tenía sentido en su imaginación enferma, un mundo al que inevitablemente guiaban hacia el abismo.


 

Un tuerto propuso que quien tuviera su ojo derecho sano acercara el rostro a quien pudiera ver con el ojo izquierdo, consiguiendo así una perspectiva real y una visión más amplia del mundo.


 

Así, rostro con rostro, brazo con brazo, dejaron los tuertos de tropezar con las mismas piedras de siempre, el camino se hizo más seguro, y los ciegos, protegidos y guiados ahora por los tuertos, dejaron de ser un problema para la sociedad y para si mismos.


 

Algunos ciegos, los más miedosos, refugiados en la falsa seguridad de su ceguera, se resistieron a los cambios, incapaces de imaginar la luz del sol, una luz que ya no veían desde su infancia, pero fue en vano, los tuertos ya habían aprendido a mirar y a caminar, y nada ni nadie podía detenerles en su camino, siempre guiados por la cálida luz del sol.

 

Nekovidal 2011 – nekovidal@arteslibres.net


 

¡QUÉ ALEGRÍA HABER TOMADO LAS CALLES OTRA VEZ!
 

¡¡LA DECISIÓN!!

Mariano se levanto aquella mañana,  totalmente decidido,  se afeito se ducho, desayuno a conciencia y como era hombre precavido, preparo un tentempié por si acaso. Fina su mujer,  seguía con la vista todas sus maniobras sin decir ni pio, tan solo un  gesto contrariado en la cara y el movimiento  de cabeza denotaban su disgusto.

El estaba feliz, se sentía vivo y joven, como ya no recordaba cuando.

Fina no pudiendo aguantar más,  abrió la boca.  – ¡Pero Mariano, recapacita! Que tú ya no estás para esos trotes

-Para esos y para muchos más –contesto él.

-Te recuerdo que tu ya estas jubilado.

-Tú lo has dicho mujer, jubilado ¡pero no muerto! Y siguió preparando su mochila, mientras notaba como la adrenalina le corría por las venas haciéndole sentir en ebullición.

-¡Que  alegría haber tomado las calles otra vez! Recordaba sus años de estudiante, las carreras esquivando a los guardias, los palos, los gases lacrimógenos,  los días de cárcel, el mayo francés,  los ideales que poco a poco sin apenas darnos cuenta fueron enfriándose, para convertirnos en autómatas que formaban parte de un sistema con el que nunca estuvo de acuerdo. Ahora  iba a unirse a los indignados, porque  así se sentía él. Desde  que se jubilo y dejo de formar parte del engranaje del sistema, volvió a ser persona a  ser el mismo, un día sí y otro también  gustaba  de andar perdido por esos mundos, informándose, aprendiendo, descubriendo otras culturas otras formas de vida. Aquella ventana abierta por la que  se introducía para  perderse  por esos mundos cibernéticos le hizo reafirmarse en lo que ya sabía, ¡lo bella que es la vida! Y que a pesar de los pesares, en el corazón de los humanos sigue anidando el amor. Existen aun cosas buenas  en la mayoría de nosotros,  esperanzas,  ideales, ilusiones y  ganas de cambiar el mundo. Pero también comprendió que nada había cambiado, el planeta entero seguía regido por una horda de canallas sin conciencia ni  escrúpulos, donde lo que imperaba era el poder y el dinero.

- Escucha  mujer, no podemos seguir mirando para otro lado,

Mientras ellos se reparten el pastel, el pueblo recoge las migajas.

Pero como gota a gota el agua horada la piedra  ha llegado el momento de las preguntas, de cuestionar las cosas de abrir los ojos de tomar conciencia, las gentes se rebelan y toman las calles y protestan y piden justicia, trabajo digno, salarios justos, protestan contra el sistema, contra los endiosados gobernantes los prepotentes banqueros, los  corruptos empresarios, los quiero y no puedo y los incontables lameculos.

Es un movimiento no solo de jóvenes, son los parados, parejas con niños, emigrantes, jubilados y todos los que han despertado.

Por eso yo me voy a tomar las calles, voy a estar con ellos, a apoyarlos, me voy  y no sé cuando volveré o si volveré.

-¡Y yo Mariano! Yo también voy – Dijo Fina en un arrebato- También yo he despertado.

-  ¡Temblad proxenetas de la justicia!

- ¡Temblad políticos fariseos!

-¡Temblad especuladores!

-Las masas están abriendo los ojos, las ovejas se convierten en leones, es una reacción mundial en cadena,  el pueblo tiene hambre y sed de justicia. Nadie ha dicho que sea fácil, nosotros solo lo vislumbramos, las generaciones futuras lo vivirán.

Mirándose a los ojos sonrieron, y cogiéndose de la mano, salieron a tomar las calles.

MARÍA BUENO.   (TERTULIA ENTRELINEAS)


 


 

¡QUÉ ALEGRÍA HABER TOMADO LAS CALLES OTRA VEZ!

 

Sé moderado con tus sueños, que el que no madruga con el sol, no goza del día”. (Miguel de Cervantes)
 

* En clave de Sol: No tenemos miedo, no tenemos prisa.

* ¡No hay pan para tanto chorizo!

* La primavera me ha traído la espantosa risa del idiota.

* Un polvo cada cuatro años no es vida sexual. Un voto cada cuatro años no es democracia.

* En esta dictadura puedes votar.

* No somos mercancías.

* A veces se me va la boca . . . como la porra a los mossos d'esquadra.

* ¡Viva la república de mi plaza!

* ¿El pueblo pide soluciones? No, ¡el pueblo tiene soluciones!

* ¿Idiocracia? No, gracias.

* Todos tenemos un mismo sueño, por eso dormimos todos juntos.

* La libertad se aprende ejerciéndola.

* Los políticos y los pañales de los niños deben ser cambiados con mucha frecuencia . . . y por los mismos motivos.

* Mis sueños son mentiras que algún día dejarán de serlo.

* Si votar cambiase algo, sería ilegal.

* Cada corazón es una célula revolucionaria.

* Las hormigas curramos día y noche . . . para que la cigarra se compre otro coche.

* ¿Pero es que no puede uno manifestarse aquí o qué? (con imagen de Labordeta).

* Barcelona no está sola.

* Puerta del Sol: un ejercicio de responsabilidad humana.

* “El capital no es un mal en si mismo, el mal radica en su mal uso”. (Gandhi)

* Una mente abierta puede cambiar el mundo.

* Ya tengo las siete bolas de dragón y ni con eso ¿acaso todo era mentira? Firmado: Goku resentido.

* Nada más libre que la imaginación humana.

* Ni cara A ni cara B. Queremos cambiar de disco.

* Los partidos políticos y los sindicatos deben mantenerse con las cuotas de sus afiliados, no con mis impuestos.

* Mi mamá dice que el voto útil es el que no se da a inútiles.

* El mismo Sol que a unos mata, a otros alumbra.

* Vote for yourself. (Vótate a ti mismo).


 

* ERROR 404: DEMOCRACIA NOT FOUND.
 

* Por favor, sonría, ¡está cayendo un sistema!

* Tenemos la fuerza y las herramientas para reescribir la historia.

* Democracia, ¿dónde estás?

* Para cambiar el mundo primero cámbiate a ti mismo, la revolución empieza desde dentro.

* Some are gay, just get over it. (Algunos son homosexuales, simplemente asúmelo).

* Espacio libre de homofobia y machismo.

* “Si la historia la escriben los que ganan, quiere decir que hay otra historia, la verdadera”. (Eduardo Galeano)

* A bancos salváis, a pobres robáis.

* No hay cosa que haga tanto daño a una nación como que la gente astuta pase por inteligente.

* Miles de pobres en las calles. Miles de negocios cerrados. Miles de pisos en venta. Burbuja inmobiliaria. 15 años de contratos basura. Miles de personas tomando tranquilizantes . . . y el dinero para los bancos. ¿A esto llaman democracia?

* ¿Qué pasaría si todos los políticos fueran mileuristas?

* La clave está en Sol.

* No es crisis, es estafa.

* Quiero irme de este mundo habiendo conocido la democracia.

* Estimada casta política: vagos, caraduras, chorizos, soberbios, sinvergüenzas, trepas y golfos, sobran en España. Si algo tenemos claro es que ustedes, además de salirnos muy caros, representan un elevado porcentaje de toda esta chusma.

* Lo llaman democracia, ¡y no lo es!

* El ser humano como valor central.


 

¿Hay que seguir recordando que en las pasadas elecciones del 22 de mayo en España, los porcentajes de votos, en relación con la totalidad del censo de votantes, fueron 24 % para el PP, 17’7 % para el PSOE, 20’3 % para otros partidos y que el 38 % restante fue la suma de los porcentajes de abstención, votos en blanco y votos nulos?

¿Qué democracia es esa donde 24 de cada 100 ciudadanos son mayoría absoluta?

 

Nekovidal


 

Revolución española, Despertar de la conciencia, Nuevo paradigma

Javier ha ido a la plaza de su ciudad con una convicción muy sólida. Se ha citado con unos amigos a través de la red para engrosar la manifestación “Democracia Real Ya”. Es de los jóvenes que no miran al futuro sino al presente, que han visto que el porvenir se diseña con salario basura, con dinero deuda, que son victima de la competitividad legal y presienten que algo está cambiando dentro y fuera de ellos, pero que aún no saben el alcance real del cambio.
La plaza está abarrotada. Es el primer botellón reivindicativo y sin botellas, aunque sí se ve comida y esto barrunta una estancia larga al raso. Hay que decir que esta protesta es espontánea (aunque ya hay algunos que empiezan a buscarle conspiradores), nacida de una indignación latente, de los efectos nocivos de un sistema económico y político acabado, basado en la explotación indiscriminada de los recursos y en lo humano como otro recurso subordinado. Una indignación cristalizada quizá por la palabra encendida de los intelectuales viejos (Hessel, San Pedro, Galeano, Sábato que en paz descanse) cuyos huesos no están para marchas y corridas a pie de calle, pero cuya comprensión panorámica de diablo viejo, les ha servido de luz y de modelo. Pero no parece que sea un nuevo giro del efecto estroboscópico de las izquierdas y las derechas. A esta visión algunos jóvenes le llaman holística y ahí creen que reside el cambio de paradigma que están viviendo.
 

En el lugar de concentración el ambiente es un gran grito, polifónico, heterogéneo, de síntesis, que concentra el fervor de la multitud como un todo reivindicativo. Javier ha visto a jóvenes parados pues sólo tiene que verse a sí mismo; también encuentra estudiantes hartos de bolonias, desempleados de larga duración, desahuciados sin piso pero con hipoteca, incluso jubilados de la jubilación y algún que otro perroflauta excitado por el ambiente.
 

Es difícil encontrar a sus colegas porque los compañeros y compañeras de rodal se les parecen demasiado y la sintonía con ellos es parecida; con esta complicidad el puzzle de la plaza grita y agita sus deseos y pancartas, como un gran fractal del enojo de todo un país. Se sienten indignados, pero también engañados y asimismo despertados. Han sido traídos por la red pero ya no se sienten pescado.
Saben en sus adentros, aunque aún no lo comprendan del todo en sus mentes, que la dualidad, la gestión de la escasez y sus feroces competencias han muerto, y toda muerte es regeneración; que el materialismo tiende al colapso; que el paradigma nuevo es el de la conciencia de una visión holística de la realidad. Por ello evitan emplear un lenguaje alegórico de izquierdas y derechas, de rojos, azules, verdes… y antes bien sienten la esencia de un lenguaje simbólico y abierto que induce al encuentro de un significado propio y hasta trascendental. El universo intelectual, arquetípico, de matemáticas y geometría puras, frente al mundo físico y materialista de las percepciones, necesita del alma humana como intérprete necesario para encontrar el equilibrio, para reinterpretar el tiempo y zafarse de todas las esclavitudes mentales y de la materia. Por eso carecen de líder y aglutinan de un modo orgánico y no jerárquico el descontento social, por eso su grito es unánime pero individualizado, donde la solidaridad (o la bondad entendida racionalmente) es una suerte de egoísmo inteligente. Han sabido o van a saber que el cambio está en ellos, en las profundidades de su ser, en el insondable océano del cosmos que corre también por sus venas.
 

La historia de la humanidad es como una gran respiración, hay periodos de inspiración prolongada y profunda que llena de energía a los pueblos, pero el exceso de energía deflagra hasta que consumida se detiene; surge entonces un lapso mágico donde gira el aliento de la humanidad, un vórtice de no tiempo y de vacío, que será el punto de comienzo de una nueva expiración, prolongada y necesaria, un vaciado que nos llevará directamente al abismo, al vórtice mismo de toda la manifestación humana en el cosmos, al punto fijo que mueve la gran rueda y mana el surtidor de la fuente. Esa respiración viene ocurriendo desde que el hombre es hombre, es decir: alma y materia vibrando en el universo. Se repitió en India, en China, en Egipto, luego en Grecia, luego en al-Andalus y se está produciendo ahora.
 

Javier ha encontrado por fin a sus colegas. Se están preparando para pasar la noche al relente. Unas nubes negras, que parecen la sombra de la campaña política oficial y de las amenazas de desalojo, amenazan lluvia, por eso se han hecho de lonas y cuerdas para montar un campamento improvisado. En la tarea del amarre coincide con Julia. Mientras tiran de la cuerda y tensan un extremo de la lona, juntan sus manos y sus fuerzas en una misma dirección. Entonces tiene una especie de revelación. Ve en Julia el alma receptiva de la mujer y que a la suya completa. Los cuerpos sucesivos de una búsqueda hedonista y ególatra ya no parecen tener sentido. Cree que se ha enamorado, pero no es un deseo posesivo hacia Julia, es un amor universal, un amor por la unidad y la síntesis, un amor por la vida que también se mueve en los corazones de todos los de la plaza.

Franjamares, mayo 2011 Tertulia Entrelíneas,



 

EL POZO SIN FONDO

Me pregunto si un movimiento como el del 15M podrá resistir los embates del sistema, ese sistema que somos todos. Internet es un arma muy poderosa, y como toda arma puede producir importantes daños colaterales. Si no surge pronto un líder-portavoz, el rebaño puede lanzarse al asalto, a la rapiña descontrolada, cargándose un posible cambio. O si el portavoz pide lo que muchos descontentos quieren: pan y circo.

 No creo en las revoluciones que cortan cabezas. Prefiero a Gandhi que a Lenin, a Mandela que a Mao, a Luther King que a Fidel. Cambiar los testaferros nunca cambió nada profundamente, y sí dejó castrada una sociedad. Quizá no prefiero la injusticia al desorden, pero la mayoría de la gente de este país sí, pues las masas se comportan como masas y necesitan de un guía.

Si este movimiento no sabe venderse, si no crea su propio orden, no durará mucho. La fuerza la tiene el sistema y lo sustenta la mayoría. Solo convirtiéndose en mayoría se le puede cambiar.

La rabia y la indignación son un primer paso necesario, pero incluso en una revolución con medios pacíficos como la India, fueron incontables los muertos, y millones los desplazados por la barbarie popular.

Si en las últimas municipales el partido con mayor orientación pro-sistema ha arrollado, por muy poco demócratas que seamos, tenemos que darnos cuenta que ellos, por muy estúpidos que les podamos creer, tienen la fuerza. Nunca venceremos con la fuerza, nuestra victoria está en convencer y, para ello, habría que unificar ideas, sacar lo elemental que nos une, o la división nos agotará muy pronto.

Todas las ideas pueden ser buenas, pero muy pocas de ellas podrán llevarse adelante con beneficio para la mayoría, porque aunque las ideas sean buenas, las personas no lo somos. Y esto no es un ideario que nos inculque el sistema. Basta con asistir a una simple reunión de vecinos para comprender lo mezquino del alma humana. Esto es lo que hay que cambiar. Moverse en los barrios, en las familias y en los colegios para crear un sistema democrático real ya. Conseguirlo a nivel nacional puede sonar muy bonito, pero, de conseguir esa utopia, y antes de que nos diésemos cuenta, unos nuevos perros y un nuevo sistema, con resabios, lo habrían suplantado.

Confianza en el ser humano no me falta, la historia me ha demostrado su evolución; incluso tomados de uno en uno, cada persona guarda unos valores universales maravillosos e inmensurables, pero cuando nos unimos en masa, escondida  bajo la piel del borrego, aparece el lobo; quizá simplemente por el sentido del territorio.

Hará falta mucha disciplina en las filas de los sentados para no levantarse ante la primera ofensa, ante la primera agresión. El martirio, tras la indignación, conquista corazones. La mínima respuesta violenta, un desafortunado insulto al sistema, encenderá la mecha del miedo de esa mayoría acomodada al sistema.

Y el miedo es muy mal consejero.

Todo esto surge de unas fotos de Barcelona en YouTube en las que se ve a los antidisturbios empujando a una masa de manifestantes. Atrás queda un disminuido físico en su silla de ruedas, acompañado por algún amigo. En una foto se ve a un antidisturbios empujando la silla, deducible por la posición de sus piernas, con su porra en posición de defensa. Llueven los comentarios insultantes en Internet hacia el trabajador antidisturbios, quizá un latino que no encontró otro medio de seguir alimentando a sus hijos, ante su supuesta, aunque improbable, agresión, como muestran otras fotos, en las que ni éste ni su acompañante parecen haber sido agredidos. Si me queda la impresión de que la persona en la silla pueda estar insultando al agente, pero tampoco me atreveré a deducirlo. Al menos, la fotógrafa incluyó, en honor a la verdad, otras fotos que ofrecen más datos. Pero la gente solo ve la foto de la portada, a nadie le interesa la noticia en profundidad. Muy pocas personas, en el mismo foro, hacen comentarios que no sean simples insultos, menos aun pidiendo más información para cerciorarse de la verdad. No han visto las fotos. No interesa la verdad, queremos manipular y ser manipulados: esa es la impresión que me quedo tras la lectura. ¡Hale!, al paseíllo de iras y no volverás. Alguien que no te quiera se chiva de algo, te señala con el dedo desde Internet, y cualquier desconocido que reconozca tu rostro te escupe en la cara. He encontrado el fenómeno en los foros universitarios, supuestamente los mejor preparados para no dejarse manipular.

Deseo fervientemente que este movimiento consiga andar, pero tendría que tener muy claro lo que le mueve y hacia donde le lleva.

De momento, descontento, rabia e indignación frustrada hacia el foro de la ciudad. Es allí mismo que tendría que nacer la democracia, y cuanto antes: ya.

 

Diego Pérez Sánchez