Todo y nada

Y cuando llegues a poseerlo todo,
comprenderás que no tienes nada,
y buscarás, insaciable, el modo
de comprar un poco de nada,
pagando por ella tu todo.

Y como no será suficiente tu todo
para comprar una pizca de nada,
rodarás, pobre, en el lodo,
para no sentir de este modo
que eres, tan solo, nada.

Y tal vez algunos adoren,
imprudentes, tu estatua,
. . . nada.

Y tal vez otros griten, a coro:
¡Qué gran hombre, lo tuvo todo!

Y tal vez otros susurren:
Sólo le faltó la nada.

Sí, ¡qué gran hombre!
ahora que es, enteramente,
. . . nada.