LO ESTOY PENSANDO
La luz se balancea rítmicamente en un extraño e interminable baile sensual.
Desde la ventana, acuden a la llamada de la curiosidad todas las respuestas sin nombre.
La pequeña araña, que había tejido su tela en un rincón dos semanas antes, parece dudar ante lo evidentemente previsible.
Las suaves sinuosidades de las paredes acarician la vista con cada curva, con cada sombra.
El suelo, conjunto interminable de fragmentos abrazados por una simetría contestataria, se muestra como un mapa preciso de las cinco galaxias más cercanas.
El blanco inmaculado de la loza del baño parece retar a todos los demás colores.
Cada rincón de la habitación, creando mágicamente un espacio tridimensional, tiene su propia leyenda, y es a la vez cobijo e invitación a la vida.
Una diminuta y nerviosa hormiga corre por mi cuello hace un rato, pero no me creo con derecho a señalarle su camino ni a decidir su destino.
Mis manos acarician mis hombros negándose a separarse de ellos.
Yo sé que soy, pero no sé muy bien cómo ni para qué . . .
El doctor Rivas entró en la habitación de paredes acolchadas y dirigiéndose al joven que miraba indiferente el chaleco que le impedía todo movimiento, preguntó:
“¿Cómo estás hoy, Raúl?”
“Lo estoy pensando . . .”
Nekovidal - 2009 nekovidal@arteslibres.net
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