AGUA DE LUNA

 

Fuego líquido,

Transparencias infinitas,

Insaciables abanicos agitando

Sus lenguas en la hoguera

De tu rostro.

Incendios nocturnos,

Gotas ebrias de luz, de asombro,

Asomando por la rendija

De tu mejilla rosa.

En el agua salada

De tu mirada reverberan

Canastillos encantados,

Caracolas con ecos de sirena,

Y embaucadoras olas

Con espuma roja.

Se aglutinan blancas lluvias

De primavera,

Que van surcando -agencias

De viajes de luna de miel,

Diseños de cafeterías inteligentes,

Hotelitos de fin de semana-

Las fantasías lunares,

Discurriendo por meandros

Hilvanados de suspiros

De novia.

Pensamientos inquietos

Revolcándose en el rebalaje,

Columpiándose en los cabellos

De la luna.

Unas burbujas

Brotan aletargadas, frías,

Del manantial,

Otras saltan nerviosas, hirviendo,

Vigorizando la maltrecha piel.

La vida.

Ríos que ríen en las cumbres,

Rompiendo el cascarón

De inhóspitos riscos,

Luego fluyen y reptan

Por valles y  majadas,

En una solitaria travesía,

-Cataratas de luna, chispazos

De amor en el agua

y un fragor de tambores silenciosos -,

Cruzando eróticos atajos

Atraídos por la danza

Del vientre del arroyo;

Y discurren por el cauce

Hasta posar los huesos

En la verde hamaca

De la marea azul;

Un ritual apasionado,

Casi milagroso

De besos, guiños, arrumacos 

Al arrullo griego

De Artemisa, Selene,

O del propio romance de la luna,

Con toda su cara, de luna llena,

Resplandeciendo ardiente y endiosada,

Rompiendo los corazones del agua.

  

José Guerrero Ruiz