TEXTOS TERTULIA ENTRELÍNEAS

Lola Carmona

E-mail: aycalo@hotmail.com

 

Aforismo: "más allá de la realidad que sufres, te espera la verdad de las cosas"

El desierto cubría toda su mirada. Pequeñas dunas se balanceaban suavemente ante la pantalla  formada por los rayos de sol al caer sobre un aire sin apenas humedad. Unas gotas de sudor parecían querer salir al aire pero cuando asomaban la cabeza, tal vez asustadas por las altas temperaturas, regresaban al cuerpo rápidamente.

¿Qué hacía allí? ¿Por qué no encontraba su camino? ¿Y si no había nada más?

Las preguntas eran muchas más que las respuestas y los días pasaban sin esperanza.

En su cabeza sonaba el aforismo: "Más allá de la realidad que sufres, te espera la verdad de las cosas "; pero no sabía encontrar esa verdad a no ser que fuera ese desierto que le acompaña. Extenuado ante la desesperanza dejó caer el cuerpo maltrecho sobre la arena cálida en sus últimos momentos, pues hasta el sol  se disponía a huir por el horizonte, y entonces... sólo quedaría él. La noche lo fue cubriendo primero con sombras y luego con la nada, sólo quedaba esperar la verdad y esa, no tardaría en llegar.

Cuando miró a su alrededor y descubrió toda la belleza del entorno, se pellizcó porque  creía estar soñando. Un cervatillo se acercó tranquilamente, hasta poder acariciarle su cabeza. La madre los observaba a poca distancia. Un río jugueteaba entre cascadas formando pozas donde poder bañarse y disfrutar de un agua transparente y agradable.  Los árboles, plantas y flores decoraban el paisaje y realzaban las montañas que a lo lejos, observaban la escena. Unas hadas, ninfas o jóvenes bellísimas se acercaron alegres y sonriendo le expresaban un amor tan grande que a su corazón le hacia daño pues no estaba  acostumbrado por la cantidad ni por la calidad.

En ese estado de placer o felicidad en que se encontraba se posó en la hierba contemplando la belleza del rostro amado. Sólo una frase se oía U bun tu (soy porque somos) de tal manera la existencia de uno depende de los demás o los demás dependen de uno.

 El despertador sonó con rabia sacudiéndole la magia de  los sueños. No le quedó más remedio que abrir los ojos y aceptar su realidad cotidiana. A su lado estaba la mujer con la que convivía desde hacía mucho tiempo y que muchas veces le costaba reconocer como la persona de la que se enamoró. A ella, por la forma en que le trataba, era de suponer que le pasaba algo parecido. ¿Dónde estarían las ilusiones del principio? ¿los seres de los que se enamoraron?

Una ducha rápida, el afeitado, el café y corriendo a un trabajo rutinario, aburrido que no dice nada y que esconde todo el sentido de la vida. Todos los días las mismas caras, los mismos gestos, las mismas personas, hasta las mismas palabras... el tedio, la monotonía. Le parecía encontrarse en un laberinto donde es una pieza del juego de alguien.   

No os parece difícil descubrir cual es la realidad que sufres y cual es la verdad que te espera ¿No serán dos caras de la misma moneda? O posiblemente “una moneda con múltiples caras”

Lola Carmona

 

 

JUEGO LITERARIO: TEXTO USANDO REPETIDAMENTE PALABRAS QUE COMIENCEN POR LA MISMA LETRA

 

1.     Susi, la serpiente sibilina, serpenteaba sexi sigilosamente por la selva subsahariana. Silenciosamente sube por todo lo que sobresale. Sólo siente ser sorprendida, si se distrae antes de saciar su estómago esta semana. Siempre sale airosa y sobrevive a todas sus situaciones por muy serias que sean. Se sabe que Susi es la serpiente más sabia que existe en esa siniestra selva. 

 

2.     El macaco Caco come mocos con la caca que cae de la vaca Paca.

          ¡Qué asco me da el macaco Caco! Y saca de la casa a la vaca Paca.

Lola Carmona

 

 

EL EXTRANJERO

Ya sé por qué no era capaz de inspirarme ni de escribir. Los términos de mi mente han cambiado y ya no valen los métodos y sistemas de antes. Os escribo desde el Mas Allá, sí, sí desde la muerte. Me he convertido en un extranjero de vuestra propia existencia. Realmente no sé cuándo ocurrió y ni siquiera si realmente ocurrió o me lo imagino pero la verdad es que estoy muerta y ya no estoy en vuestro mundo.
Las cosas desde aquí se ven diferentes y pierden identidad. Parece increíble que lo que más importe sea lo de menos valor, lo que antes o después se pierde.

Desde aquí las formas se diluyen en partículas de energía, donde el color nos da toda la información que necesitamos. No son formas rígidas sino que están en continuo cambio y movimiento dando lugar a distintas formas. He visto como la misma partícula daba forma a un perro y luego pasaba a un charco de agua para perderse en el aire.
Observo todo con atención y entusiasmo pues me parece ver la pura creatividad ya que todo fluye y se transforma continuamente en un continuo fluir de formas y colores.
Hay partículas esféricas transparentes con arcos iris en su interior, están llenas de paz y felicidad. He visto y sentido como se acercaban a diferentes seres, algunos la rechazaban con un escudo protector, otros conseguían agrandarlas. Estas partículas se juntaban formando diversos seres que luego se descomponían transformándose en otros diferentes. Así un río se podía convertir en un espíritu del bosque y este a su vez pasaba a convertirse en flor y cuando se cansaba se diluía en una mancha multicolor.

Otras partículas son alargadas, como pequeños gusanos que se mueven en un caldo de cultivo y llevan diferentes tipos de información. He reconocido emociones y pensamientos en lo que llamáis aire y como pasaban a través de vuestra propia energía. Por eso, he llegado a la conclusión de que los pensamientos y emociones se transmiten a través de lo que conforma todo y que ahora se conoce como campo electromagnético.

No hay nada totalmente unido ni nada totalmente separado y así es la vida y la muerte. El tiempo, la vida y la muerte se producen intercambiándose continuamente pero sin darnos apenas cuenta.
Todo esto me hace pensar que también puedo vivir aunque me hagan sufrir los sentimientos de todos. Las emociones negativas o dolorosas penetran en mí, trastocando todo mi ser. Soy totalmente vulnerable pues he perdido completamente mi identidad, para recibir la de los demás. Por eso, soy extranjera en mi propia tierra.

 

Lola Carmona

 

 

VÍCTIMAS DEL MALTRATO

MALTRATO DE LA MUJER 

Estoy en crisis como escritora y pienso que es mejor dejarlo estar y no forzar la máquina; no obstante, y a pesar de mi crisis, me han surgido las ganas de intentar comunicar mis ideas sobre el maltrato de la mujer.

Siento que se está observando a través de un agujero o que yo lo veo desde otro ángulo. A mí me parece que hay que analizar el problema considerando las causas que convierten a un hombre en maltratador y a una mujer en victima. Es preferible prevenir que no llorar o vengarse. Siento que mi opinión puede producir un fuerte rechazo sobre todo a las personas que lo ven como una simple cuestión de buenos y malos. Yo lo veo como que hay unos principios sociales establecidos que junto con desequilibrios emocionales hacen que un hombre sienta la necesidad de maltratar a una mujer y una mujer asuma el maltrato. No creo que el maltratador típico sea una persona que disfrute haciéndolo, más bien que piensa que debe hacerlo para sentirse hombre.

Hay actitudes aceptadas y muchas veces valoradas que pueden derivar en maltrato, el grado depende del equilibrio emocional de los integrantes. Sus pensamientos y emociones desbordadas lo llevan a ese extremo y muchas veces acaba en su propio suicidio.  ¿No sería lógico que hubiera una atención mayor para detectar y atajar el problema en sus comienzos? ¿De qué le sirve a la victima que encarcelen al culpable?

Una amiga, cuyo marido la maltrataba, me comentaba que era muy buena persona sólo que cuando bebía le entraban muchos celos y no podía controlarse. La justificación de ella junto con el tiempo que aguantó, hasta que él murió; me hace recapacitar en el papel que desempeña la victima. ¿Cómo aceptaba que sus hijos se escondieran debajo de la cama por miedo al padre? ¿Cómo llega a degradarse una convivencia hasta esos límites?

Son muchas las mujeres que están inmersas en relaciones que no le aportan nada positivo pero que piensan que es mejor estar en pareja que vivir sola. Me sorprende la cantidad que hay con un cierto nivel cultural y social y que aguantan relaciones denigrantes en silencio. Muchas veces lo asumen como algo natural en el matrimonio. El maltrato no tiene que ser físico para rechazarlo, tampoco podemos aceptar el psicológico y este, puede cambiar de género. 

¿Cuántas mujeres piensan que un verdadero hombre es el que se impone a la mujer?

¿Cuantos hombres han sido ridiculizados por ser unos calzonazos o por ser buenas personas? ¿Cuántos chistes hay sobre cornudos? Creo que la sociedad tiene una gran responsabilidad en este tema con el concepto del honor y el valor de la hombría.

No estoy en contra de las campañas pues pienso que todo lo que se haga está bien pero hay que atajar la raíz. La raíz se sostiene con un maltratador, una victima, unos mensajes sociales y unos desequilibrios emocionales de miedo e inseguridad que hacen de detonantes.

Tenemos que luchar contra toda forma de maltrato sea a quien sea: mujeres, hombres, niños, ancianos, animales... pero para ello también tenemos que transformar las reglas que mueven la sociedad.

 Lola Carmona

 

 

FINAL ABIERTO-8 (Lola Carmona-Nekovidal)

En aquella selecta reunión se encontraban 12 personas cuando hizo su entrada la profesora Bilderberg. Todas las miradas se volvieron hacia ella, en el momento que la puerta se abrió. Ella, tranquila y relajada se quedó mirando al grupo de mirada expectante y les dijo ¡Lo hemos conseguido! Los gritos, saltos y muestras de alegría del grupo chocaban con sus trajes y rostros circunspectos. Una vez que se hubieron serenado, se volvieron a sentar alrededor de aquella mesa ovalada, dejando a la doctora el espacio principal. (Lola Carmona)


Todo había salido exactamente como estaba previsto, y el plan de trabajo de la profesora Bildeberg había superado todas las espectativas, los beneficios habían sido mejor incluso de lo esperado. Como buena socióloga, la reacción de las masas era lo que más la había preocupado, ese detonante inesperado que puede surgir en cualquier momento en cualquier parte e iniciar una reacción en cadena que casi siempre desembocaba en una revolución.

Se sintió orgullosa de si misma, de su capacidad para preparar un plan de manipulación social que acababa de decidir el futuro de la Humanidad. No sabía si su nombre ocuparía los libros de historia del futuro, pero ser el poder en la sombra, el verdadero poder, le proporcionaba un placer extraño que la estremecía.

Todo había sido perfecto: la crisis, activada en el momento oportuno para que se olvidara el saqueo del Golfo, otro plan en el que también había colaborado, la previsible reacción en las sociedades del Primer Mundo, millones de egocéntricos sobrealimentados que pronto olvidaron como se acababan de vaciar las arcas públicas, centrados en mantener su consumista nivel de vida. La educación estaba perfectamente controlada, no había peligro de reacción en varias generaciones futuras, criadas en un sistema lo suficientemente deshumanizado, embrutecedor, y alienante.

En los mercados, todo se había ordenado poco a poco, y la sugerencia de prohibir los paraísos fiscales, uno de los puntos más delicados, había pasado al olvido.

Las pocas manifestaciones que había eran sobre temas secundarios que no alcanzaban ni de lejos a poner en entredicho el sistema. De paso se le habían parado los pies a algunos países del Tercer Mundo con aspiraciones primermundistas, estaban creciendo demasiado rápido, se habían recortado leyes y gastos sociales, paulatina pero continuadamente, y se habían promulgado nuevas leyes de control y recorte de libertades, todo ello sin ninguna resistencia seria.

Ya todos, como un rebaño bien dirigido, hablaban de la crisis como de algo inevitable, como de una catástrofe natural a la que había que resignarse y adaptarse, era perfecto.

Ella se sentía superior, por encima de las masas, del resto de la Humanidad, sólo algunos de sus colegas del club, allí presentes, merecían su respeto.

Pero la profesora Bildeberg, como todos los que necesitan recurrir a la arrogancia para sobrellevar sus miedos, poco sabía de si misma: ni sospechaba que su interés por la sociología y por el control social provenía de haber sido la menor de sus hermanas y sentirse siempre a merced de éstas, de su obsesión por demostrar su valía a su padre, y de una vida cultural, sentimental y sexual casi inexistentes.

Ella, que todo creía controlarlo, tampoco sospechaba que su hijo adolescente estaba siendo objeto, en ese mismo momento, de abusos sexuales en uno de los colegios privados más caros del mundo, donde creía estarle preparando para ser la élite de su generación, ni sabía que ese bolso carísimo que portaba estaba tratado con una sustancia tóxica aún no identificada gracias en gran parte al poder que sus estudios le habían conferido a las industrias petroquímicas en los últimos años, una sustancia tóxica que la condenaría a un cáncer pocos años después.

Tampoco sospechaba que en el futuro sí llegaría a ocupar su nombre las páginas de los libros de historia, pero como ejemplo de enfermedad y degradación humana, de hasta donde puede caer una persona cuando pretende compensar con mecanismos destructivos su vacío y miedos interiores. Y como ejemplo también de lo peligroso que puede ser para una especie gregaria y cooperativa como la humana, dejar las decisiones sociales que afectan a todos en manos de un reducido número de individuos.
 

Nekovidal 2010 – nekovidal@arteslibres.net


 

FINAL ABIERTO-8 (Lola Carmona-Diego Pérez Sánchez)

En aquella selecta reunión se encontraban 12 personas cuando hizo su entrada la profesora Bilderberg. Todas las miradas se volvieron hacia ella, en el momento que la puerta se abrió. Ella, tranquila y relajada se quedó mirando al grupo de mirada expectante y les dijo ¡Lo hemos conseguido! Los gritos, saltos y muestras de alegría del grupo chocaban con sus trajes y rostros circunspectos. Una vez que se hubieron serenado, se volvieron a sentar alrededor de aquella mesa ovalada, dejando a la doctora el espacio principal. (Lola)


Quiero aprovechar para dejar plena constancia de que este   logro ha sido consecuencia del magnífico trabajo de equipo que hemos realizado entre todos los presentes, sin olvidar por ello al desaparecido profesor Rivaldo Arenas, del que aún no se conoce el paradero”. Los aplausos, breves pero contundentes, marcaron el final de estas palabras. “El trabajo de tantos años de desvelos ha, finalmente, ofrecido su fruto -prosiguió-, y hoy, la transformación reversible atómica en cuantos, es una realidad accesible al ser humano”. Más aplausos. “No cabe duda, bien es cierto, que el problema del envejecimiento celular, en el proceso transformacional, aún ofrece un nudo gordiano de difícil solución, pero esto no es óbice para el desarrollo de nuestro programa. El tiempo juega en contra nuestra, y debemos acelerar su cumplimiento antes del previsible desastre interplanetario. Cuando F3HM345 golpee a nuestro sol dentro de  27 días, sacándolo de su orbita, nosotros ya estaremos viajando en forma cuántica a la tierra de KLO356K20, donde podremos emprender una nueva civilización. Esperemos que para entonces el profesor haya sido encontrado y pueda acompañarnos en nuestro viaje”. Asentimientos y más aplausos.” Sólo me queda añadir, antes de apremiarles en su labor, que los niños seleccionados para garantizar la supervivencia de la especie, así como los bancos genéticos de especies animales y vegetales, habrán de ser sustraídos con el máximo secreto; como asimismo habremos de proceder con el resto de nuestro plan y, por tanto, se dejarán para los dos últimos días. Nada más. Les ruego que procedan de inmediato a realizar sus funciones. Buenas tardes camaradas”. 
 
 Diego Pérez Sánchez


 

FINAL ABIERTO-8 (Lola Carmona-Mari Carmen Martínez)

En aquella selecta reunión se encontraban 12 personas cuando hizo su entrada la profesora Bilderberg. Todas las miradas se volvieron hacia ella, en el momento que la puerta se abrió. Ella, tranquila y relajada se quedó mirando al grupo de mirada expectante y les dijo ¡Lo hemos conseguido! Los gritos, saltos y muestras de alegría del grupo chocaban con sus trajes y rostros circunspectos. Una vez que se hubieron serenado, se volvieron a sentar alrededor de aquella mesa ovalada, dejando a la doctora el espacio principal. (Lola Carmona)
 

Bien como sabeis no has sido nada facil converncer a la comisión de proyectos innovadores de que nuestras propuestas eran razonables.El principal escoyo ,el de siempre : el costo del proyecto.

Como recordareis Alfredo se encargó de elaborar un presupuesto más o menos realista de lo que podía suponer llevar a cabo el screanning  .¿ Os acordais de la cifra?

Era mareante hasta para nosotros y por más argumentos que yo le buscara ,que si el coste del tratamiento básico con insulina,que si el coste de las complicaciones ,que si el incaculable costo en dolor...no habia manera de convencer a nadie ,de que si los tranplantes de islotes eran una buena medida para curar la diabtes tipo I,bueno con sus reservas porque anticuepos circulantes podia volver a haber ,mejor era aún nuestra propuesta de investigación . Screanning HLA en hijos y nietos de diabeticos tipo I ,deteccion precoz de los anticuerpos circulantes ,bloqueo de los mismos antes de la destruccion de los Islotes de LANGERHANS, y progresiva desensibilizacion autoinmune.

Nunca imaginareis que es lo que ha hecho inclinarse la balanza a nuestro favor en lugar de apostar la comision por la viabilidad del implante de celulas madre pancreaticas para  la recostruccion d islotes ,que e s otra posibilidad de tratamiento.

Lo que nos ha favorecido ha sido la inmediatez de la posibilidad de puesta en marcha de nuestro proyecto,contar con la infraestructura del sistema de salud y del departamento de fisilogia de  la facultad de medicina de Granada y sobre todo ,por encima de todo ,agarrense a sus asientos colegas: el hecho de que en la familia de presidente de la comision hay una larga historia de diabetes Mellitus tipo I y que su hija esta a punto de dar a luz su priemr nieto...Sin este cúmulo de circunstancias ,no se  si lo habriamos conseguido

Ahora a trabajar .

Lo primero hacer un mailing a todos los medicos de centros de salud y endocrinos explicandloes nuestro proyecto para realizar la capatacion de  descendientes en primera o segunda linea generacional de diabeticos tipo I ,para explicarles lo que es es escreanning HLA ,buscando HLA B27...

Lo dicho ¡A TRABAJAR! Ya lo celebraremos cuando hayamos conseguido prevenir, es decir, curar la enfermedad. 

Mari Carmen Martínez
 

 

 

PRINCIPIO ABIERTO-9 (Begoña Ramírez - Lola Carmona)

Los días se siguen sucediendo unos a otros ,y se siguen mezclando de forma natural el campo y el mar,marcando el carácter de sus gentes,doblemente precavida,no se debe uno de fiar de la mar,ni adentrarse sin ser un poco experto en los misterios de la montaña.Así es que aquí se desconfía al diestro y al siniestro,y estas gentes te escrutan con la mirada como intentando buscar el misterio oculto que pueda encerrar cualquier gesto o palabra.Como es inevitable contener el cauce de un río,el amor sigue impregnando el ánimo de los nuevos púberes.A veces el amor encierra sus engaños y una pasión confundida puede conducir a la autodestrucción.

En una zona resguardada del sol y la excesiva intemperie en otras épocas menos calurosas,se cobijan los más viejos.A dejar pasar el resto de sus días, al tiempo que contemplan el transcurrir del pueblo y sus gentes.Atisban desde aquí al forastero y al lugareño,comentan los pequeños y grandes acontecimientos ,hacen censo de nuevas bajas ,encarado todo esto con el filtro del carácter de cada cual.Juan sigue siendo un viejo dicharachero,para el que que la vida no se bebe a sorbitos sino a grandes tragos, a manos llenas,cogiendo lo que te pertenece o luchando si hace falta por conseguirlo,decidido a seguir exprimiendo el tiempo,el que ya vivió y el que aún le queda.

Rafael es menos alegre,ríe si hay que reir pero sopesa sin querer y queriendo cada cuestión,viendo el pro y el contra,cauto,a veces reservado,amigo de melancolías con razones y sin ellas.

Manuel no puede definirse porque él tampoco lo ha hecho a lo largo de su vida,ha ido de aquí para alla´según le han empujado los vientos ,con el único norte de su mesa camilla,en la que lo espera puntual su esposa,con la sopa caliente y la cabeza aún más.Y luego Esteban y Tomas y Angel,que nunca hizo honor a su nombre.Todos se reúnen cada mañana y cada tarde,a charlar y a mirar, porque la vida también se mira.Y ahora que miran comprenden tal vez más cosas de las que antes creían comprender,y no parecen tan importantes asuntos antes esenciales,y es hermoso despertar ahora y comprobar que aún puedes levantarte y ver el sol ,y sentir la brisa y que tus pies te sigan llevando aunque más cansados a donde quieres que te lleven.y comprender de repente que la vida es sólo tiempo y que ese tiempo se acaba.Y tal vez comience otro quién sabe ,nadie ha vuelto para contarlo.A lo mejor no puede contarse,ha de vivirse como casi todo,aunque nos empeñemos en contar.

Aurora los contempla desde su ventana a veces,,los contempla hablando o sumidos en el silencio,mirando al que pasa o cruza,discutiendo si acaso por cualquier tontería.

Últimamente siente Aurora cierto alivio al salir a su ventana y ver que siguen allí,que acuden puntuales a su cita,que sólo lo peor puede ya detenerles.Algunos parecen haber descubierto algo fundamental porque mueven la cabeza complacidos al tiempo que sonríen bobamente.En las tribus los más viejos son los consejeros,la experiencia no puede ser sustituida por ningún manual. Esto lo sabe Aurora,por eso encuentra ultimamente especial complacencia en observar a los observadores.

Hoy Juan parece más animado si cabe que de costumbre.Relata un suceso de su primera juventud y le brillan los ojillos al tiempo que cuenta su rescatada anécdota del mar del olvido.

Sí... nos habíamos perdido-cuenta Juan entusiasmado-pero algo mágico sucedió de repente,y dejamos de sentir angustia por lo que pudiera pasarnos...


 

Y conforme desaparecían los miedos, empezábamos a sentirnos libres y ya no era posible hacernos daño, pues ahora éramos dueños de nuestro destino.



 

PRINCIPIO ABIERTO-9 (José Guerrero - Lola Carmona)

Miedo 

   No quería Alberto oír hablar de componendas en lo referente a la infancia ni en broma. Cuando se enteró de que la vida humana podía ser analizada en el laboratorio igual que la de cualquier insecto llegando hasta las últimas consecuencias se desgañitó gritando como un poseso solo como estaba en el silencio de aquella noche oscura, y se decía, hala, hala, pasando de mano en mano, de mesa en mesa rozando guantes, agujas  y batas blancas o las mismas narices de los analistas siendo manipulado de forma poco seria y sin un gesto de delicadeza o decoro en lo que se entiende por los derechos humanos. No daba pábulo a lo que imaginaba. Semejantes patrañas de laboratorio le inducían a la melancolía, a sentirse una piltrafa, una mísera cobaya predeterminada a viles servicios de excelsa y anónima investigación científica.

   La experiencia le había demostrado que en el mundo existía un ingente material que avalaba su tesis sobre tales asuntos, recopilado por gentes sin escrúpulos la mayoría de las veces, que campaban a sus anchas por esos círculos traficando con un sinnúmero de películas, cuentos, encuentros o simposios de diversa índole que se recreaban en las cavernas de los genes. No comprendía el porqué de tamaño estudio, o por qué hurgaban en los ombligos de las criaturas con tanto descaro, y llegado a ese punto se le volvían los ojos y se desplomaba perdiendo el sentido, sobre todo al cerciorarse de que los tratados evaluaban en clave secreta los diferentes comportamientos o grados de maduración que conforman el embrión, abriendo en canal el árbol genealógico más críptico; así los abuelos, que tanto influyen en esta etapa de la vida cantándoles nanas al bebé mirándolo a los ojos o contando cuentos interminables, y más adelante los familiares realizando cábalas acerca de los primeros balbuceos, los vicios del cuerpo y otras debilidades, cómo funcionó el feto en el vientre de la madre, qué problemática apuntó el embarazo con la aparición o no de congénitas secuelas de los ancestros, o las intervenciones puntuales del padre a la hora de decidir asuntos de estado en los momentos cruciales, y todo ello siguiendo las pautas de costumbre, matrona, parto, bautizo, guardería y escuela después a los seis años. Estos períodos de la existencia no le agradaban a Alberto en absoluto.

   Sin saber cómo, recalando casi subrepticiamente en leves lagunas de la memoria tropezó casi sin querer con abultados escollos que lo turbaban, y resultaba curioso el hecho de haber pasado desapercibidos hasta la fecha, y de repente le asaltaron acaeciendo en un momento de máxima lucidez al saborear con claridad meridiana el día en que sin causa justificada cayó rodando por la escalera de la casa y al parecer por efecto del golpe el cerebro sufrió una lesión. El hallazgo fue tan brutal que no quedó ahí la cosa y le condujo al descubrimiento de otra lagunilla que se guarecía en el cerebelo, produciendo una fuerte sacudida no menos desequilibrante y recordó que por poco se queda tetrapléjico, cuando de súbito hocicó la mula que montaba en el lecho del río por mor de unas movedizas piedrecillas que había en el cieno cayendo como gato panza arriba a la corriente remedando el salto de la rana.

   Tales infortunios le acarrearon a Alberto no pocos problemas y graves disfunciones, empezando a peligrar su estabilidad emocional, acorralado como se encontraba en el habitáculo, columpiándose entre el ser y no ser sin ton ni son a ojos del experto galeno, pero la cosa no quedaba ahí, sino que alcanzaba a creer en la incredulidad que lo alimentaba de que se moría de veras al verse en tan deprimente coyuntura al palparse sus partes y casi tocaba pañales en sueños, respirando con dificultad y con unos sudores de muerte advirtiendo lo diminuto que aparecía y tan lejos de una mano protectora.

Los ecos le llevaban a desconfiar hasta de su propia sombra, y no iba a ser menos el que lo engendró, aunque después de haber fallecido y cumplido con las honras fúnebres se dignara proclamar en público la veneración de su memoria  expresando el sonsonete afectivo  “que en gloria esté”.

   Nadie sabe qué es el tiempo pero todo el mundo lo utiliza para manifestar cualquier inquietud o angustia que le agobian en silencio de un modo prolongado. Mas como el tiempo es un antes y un después no se detiene sino que avanza sin cesar, así los niños, como el tallo del árbol, crecen, echan bigote, ramas, flores y fruto o llevan corbata según la profesión y el aprovechamiento que hayan extraído de las enseñanzas de la vida a través de los periplos por los que ha navegado, y va cuajando la fruta en las ramas sociales y las redes afectivas, pero Alberto como tantos otros de distintos continentes barruntaba que había sido taladrado en esos años por una hiriente mano invisible, faltándole el calor y el riego preciso para despuntar en el campo de la vida.

   Los pilares de su edificio psicológico se resquebrajaban día a día y no por falta de trazar proyectos con mimbres adecuados para tal o cual labor sino porque el miedo se había incrustado en los huesos, en los cimientos desde los comienzos, como si necesitase bocanadas de cemento no adulterado y hormigón mezclado con abundante agua que contuviera vitaminas y atenciones que normalmente requiere el cerebro humano.

   La madre, en el estado de debilidad en que se hallaba, como tantas madres del globo, no podía ahuyentar los temores de la criatura debido a que la fuerza imperativa del macho obstruía los canales y las fuentes que podían satisfacer su sedienta garganta, y el pobre Alberto siempre escapaba descalabrado calle abajo por el negro murmullo que hervía en su derredor, mientras otros tenían la fortuna de seguir caminando bien que mal por el sendero.

   Ya de mayor intentó resarcirse de los huecos que habían dejado en su corazón reparando las deficiencias de su formación; así se alistó en diferentes ONG  buscando la manera de subsanar sus carencias y las de otros muchos del planeta ofreciéndose como repartidor de caricias, pan y servicios en campos devastados por guerras fratricidas, epidemias o la destrucción de los indefensos. Se propuso atenuar los tsunamis que proliferaban por doquier. Allí se agitaba siempre Alberto dispuesto a entregar lo que fuera preciso para ayudar a los demás.

   Pero no lograba sacudirse las legañas del miedo que transportaba por los ingratos recovecos en los que había vivido, generadores del malestar de tanta criatura que malvive por no haber recibido unas migajas de ternura y alegre comprensión en esos inviernos cubiertos de contratiempos y de fría nieve. La primavera llegará confiada cantando el himno de la alegría, golpeando a la puerta de nuestro destino y a buen seguro que estallará en mil fulgurantes auroras. (José Guerrero)

   Y conforme desaparecían los miedos, empezábamos a sentirnos libres y ya no era posible hacernos daño, pues ahora éramos dueños de nuestro destino. (Lola Carmona)

 

 

PRINCIPIO ABIERTO-9 (Diego Pérez Sánchez - Lola Carmona)

En el silencio trágico de la noche buscamos una salida para nuestros miedos y esta no se produce siempre en los sueños. Estos no son a veces sino el reflejo sísmico de nuestra mente turbada. Acumulamos, en la vigilia, vivencias y emociones, que brotan en duermevelas desenfrenados, en sueños profundos olvidados o abruptas pesadillas. Y no entendemos demasiado el funcionamiento de todo ello.

Tenemos pensamientos y emociones que llamamos nuestros, aunque, en el mejor de los casos, apenas intuimos su procedencia. Pareciera, más bien, que tuvieran existencia propia, corporeizándose en nuestro organismo cuando estamos abiertos a ello. Esto es así que tenemos miedo de algunos de nuestros sueños,   pensamientos y emociones. Y, ¿es que tenemos miedo de nosotros mismos? Decimos “me conozco, no me tientes”, ¿es eso conocerse?”. Más bien parece que decimos: “¡cuidado, no tengo control de mi mismo!” La mente está organizada para funcionar en el terreno de lo conocido. Cuando la sacamos de ese terreno, enfrentándola a algo desconocido, siente vértigo al vacío, aparece la emoción del miedo creando sus barricadas, dando estocadas en todas direcciones, buscando al enemigo invisible, pues convertimos lo desconocido en enemigo, en “el otro”. Al no poder aprehenderlo, le negamos la vida.

La mente confunde amar con poseer seguridad de ser amado. Busca seguridad en todo, cuadrar el círculo. No acepta ser contenido y busca ser contenedor. Quizá, en su evolución, ha quedado obsoleta. Ha dirigido nuestra historia durante muchos siglos, pero quizá se ha visto desbordada por la inflación de los últimos siglos. Necesita de otro órgano que la controle y dirija. Y ese órgano, por etéreo que sea, debe encontrarse ya sin duda en nuestro ser.

Algún día el “yo” se difuminará apaciblemente y desaparecerán nuestros anhelos de certeza, y con ellos nuestros miedos ya no serán nuestros. Y conforme desaparezcan los miedos, empezáremos a sentirnos libres y ya no será posible hacernos daño, pues seremos dueños de nuestro destino.



 

PRINCIPIO ABIERTO-9 (Nekovidal - Lola Carmona)

La sequía había reducido drásticamente nuestro espacio vital. Yo era aún muy joven, pero lo recuerdo perfectamente. El hambre fue haciendo estragos entre nosotros, y pronto hasta la convivencia dentro de las mismas familias se hizo insoportable.

Lo peor eran las incursiones de vecinos hambrientos en busca de comida, si no había nada que entregar o compartir, alguno de nosotros pasábamos a ser su alimento. Vivíamos aterrorizados.

De mis tres hermanos, sólo uno sobrevivió, también mi padre, a duras penas, aunque arrastró secuelas el resto de su vida.

Al fin, un extraño día con un cielo de mil colores, volvieron las lluvias, subió nuevamente el nivel de la charca, todos volvimos a tener alimentos suficientes y, lo que es más importante, ya no estábamos a merced de esos sanguinarios peces que nos devoraban cada día, pudiendo así completar nuestro ciclo vital y transformarnos en robustas ranas adultas.

Nekovidal 2010 – nekovidal@arteslibres.net

Y conforme desaparecían los miedos, empezábamos a sentirnos libres y ya no era posible hacernos daño, pues ahora éramos dueños de nuestro destino. (Lola Carmona)


 

PRINCIPIO ABIERTO-9 (Mari Carmen Martínez-Lola Carmona)

POLOS DEL MISMO SIGNO SE REPELEN .

Parecía evidente .La física no engañaba en nada  y la química acompañó en su momento pero las leyes de la atracción repulsión eran más fuertes que las hormonas : dos polos del mismo signo se repelen.

Yo  no estaba dispuesta a cambiar mi polaridad cargándola más de la negativamente que tu rezumabas y tu eras el polo que lo entendía  todo del revés .

Ni pisando el campo magnético del  Polo el Norte  con tu libro a cuestas había conseguido convencerte.

Así que media vuelta y a otra cosa mariposa que la vida es breve y no hay tiempo que perder. Es mejor alejarse de los agujeros negros que dejarse absorber.

Libres de polvo ,y paja otra vez., a la busca del polo adecuado y conforme desaparecían los miedos, empezábamos a sentirnos libres y ya no era posible hacernos daño, pues ahora éramos dueños de nuestro destino.

Mari Carmen Martínez

 

 

CUAN LARGO ME LO FIÁIS

Pareciome dificil crear obra alguna mas peor se me presenta deste menester si cuanto aconteciere facere en  castellano antiguo. ¡Válame Dios de poder realizar agora desta plática a caballeros y damas tan leídos! 

Perdonen vuesas mercedes si cometiere errores propios del vulgo y ruegoles que a fe mía, intentaré facerlo della mesma forma de la época cervantina.  

Aconteció un día en el que los fríos eran tan grandes que las aguas arrojadas de las casas se helaban antes de caer, que una pareja rica en desgracias y malos tragos, pasaba por una calleja acompañado de un maltrecho zagal de unos 8 años y de un escuálido perro. El trío parecía más la Santa Compaña que seres de la vida mesma. Conforme pasaban por las callejuelas, rebuscaban entre los desechos, con el deseo de encontrar algo con lo que engañar al gaznate y al resto del cuerpo. El perro era el primero en aprisionar cuanto oliere y después, si hubiere sido comestible en algún tiempo no muy lejano, era el zagal el que se lo quitaba; aunque estuviera algo mordisqueado, llevaselo a su boca. No por mucho tiempo, pues todos se enredaban  en litigios para apoderarse de algo con lo que engañar a sus tristes tripas.

Sucedió que en algún momento de la noche en que los tres estaban más tristes y cabizbajos, encontraronse  con dos hidalgos algo borrachos y pendencieros que como no querían gastar sus pecunios en posadas y mesones decidieron divertirse a costa de aquellos menesterosos. Llamabanse D.Nuño y D. Lope y pensaron alborozarse a costa  de aquellos miserables, convirtendolos en señores por la noche, y acusándoles de ladrones por la mañana. 

D. Nuño, hizole gran reverencia con el sombrero, saludoles como si de grandes señores se tratara y con gran boato y más chanza les dijo: No puedo desmentir lo que veden mis oxos D. Alonso Quijano  y su ilustre familia, al que dimos por desaparecido en una refriega  en Lepanto y que sin lugar a duda estuvo secuestrado.Pidoles a vuesas mercedes que me hagan el honor de acompañar a mi humilde hogar. Ayende podré festejarles como tan ilustres personas merecen.

Entre las risas del compañero,  la sorpresa del zagal, la timidez de la mulier y el susto del can; que esperaba un bastonazo o una patada en algún momento; habló el pleveyo: Agradezco a usías por la atención de que nos hacen objeto pero sin lugar a dudas confundiose de  personas,  pues no somos en absoluto ilustres, a no ser que en esto se haya tornado la miseria, el hambre y la desgracia. Vean nuestros harapos, nuestras caras de hambre y nuestra pocas carnes que dan fe dello. Así mesmo sin lugar a duda no soy vuestro ilustre Alonso Quijano sino un pobre hombre conocido como Sancho.

El que reía, cubriose cara y cuerpo con la capa mientras el primero,  haciendo mueca de sorpresa  habló:

A fe mía que tanta templanza u osadía  enerva. Como dixe qué no es D. Alonso Quijano ¿Acaso acusome de dexir mentiras? ¿Consideráis que no reconozco a mi  primo?  Sé que las ropas no os hacen justicia, pero  mi casa es la vuestra y allí, encontraréis vestidos más adecuados. A la bella dama y al muchacho desconocioles pues va para 2 décadas que  perdile la pista a vuesa merced. ¿He acertado y son familia de usía?

Sancho, algo acongojado respondioles: De todo lo que dixome es lo que creía cierto hasta estos días. Sí, son mi humilde familia; mi mulier Dulcinea y mi zagal Lorenzo.  

D. Lope, que no había hablado hasta ese momento, contestó en tono de burlado enfado, acompañando sus palabras el desenvaine de la espada: ¿Osas tachar a D. Nuño de mentiroso? ¡Pardiez! No se puede consentir tamaña afrenta. Ninguna persona que  hayase preciado dello  continua con vida.

La mulier, reprimiendo congojas y mintiendo por temor a dexar la vida, habló: No le tengan en demasía vuesas mercedes, pues estuvo preso en Argel, como dixeren y fueron tantos los pesares y duelos padecidos, que los desatinos hacen mella en él.

D.Nuño con ademán adusto comentó: No hay más que hablar, a mi casa iremos, allí dirán que son mi primo D. Alonso Quijano y su familia, se vestirán como su alcurnia exige.

De muy distinta manera caminaba el grupo: D. Nuño y su amigo Lope, entre vaivenes propiciados por el vino bebido, llevaban gran algarabía. Prometianselas muy felices reirse a costa de aquellos infelices para que a la mañana siguiente darles una manta de palos acusándoles de estafadores y ladrones.

Los miserables, iban entre juramentos, cabizbajos, sin saber como acabarían y temiendo por su vida. No por sus maravedís, pues a estos, si habíanles conocido, era sólo de oilles.

A la  casa entraron por detrás y azuzando a los criados para que estos no conocieran a quien llevaban.

Les dieron ricas ropas y después avisaronles a  los criados para que  atendieran a su ilustre familia. Pidieron comidas en abundancia y los hicieron tragar hasta que se hartaron, lo que no estaba entre sus creencias. Comieron, bebieron y hasta al perro le tocaron restos.

Después de mucho reir comer y beber  acostaronse cada uno en una cama.

A la mañana siguiente amaneció  D. Nuño con un fuerte dolor de cabeza y sin acordarse de nada de la noche anterior. Cuando descubrió a la familia y preguntó quienes eran dijeronle  lo que habíanles obligado dexir la noche anterior “D. Alonso Quijano y su familia, primos de vuesa merced, que regresó de las tierras de Argel. D. Nuño  extrañado, preguntó a D. Lope si sabía algo a lo que este, con fuerte resaca y dolencias en la cabeza respondiale que no sabía nada, y que mejor hablaran mañana.

Los criados habianse dedicado  a propagar tan gran noticia, la de que un primo de su señor había sido capaz de regresar vivo de Argel, después de entregar un gran rescate.  La albricia propagose rápidamente como la pólvora por lo que  fue imposible desmentirla, ya que toda persona ilustre daba fe de conocer a semejante primo y de los favores de que era menester. D. Nuño, no pudo deshacer el entuerto pues aunque pareciole muchas veces que aquello era un burdo engaño, no contaba con nadie que le pudiera ayudar.

La familia, aceptó de buen grado la situación pues preferían tener comida y techo donde cobijarse a depender de limosnas posibles.  D. Lope no recordaba nada de la noche anterior, pues la bebida había sido en demasía  y los criados repetianle la platica que dixoles en gran cantidad D. Nuño, la noche anterior “ Eran sus ilustres primos”

Desta manera, los burladores quedaron burlados, pues no quedole más remedio al gallardo D. Nuño  mantener en sus aposentos a los que iban a ser burlados. 
 

Lola Carmona

 

 

EL SECRETO DEL SECRETARIO

Adela aburrida y cansada limpiaba el pasillo de la empresa mecánicamente. Se movía como una muñeca de cuerda ya que después de 10 años repitiéndolo cada día sabía perfectamente lo que tenía que hacer. Sus pensamientos estaban en otra parte, los problemas familiares. Un marido irresponsable y alcohólico, un hijo que se le estaba yendo de las manos y una hija vaga, exigente y protestona; ocupaban todos los pensamientos de su cabeza. En aquella fría tarde de noviembre el silencio del lugar dejaría sentir una mosca volar. En un movimiento autómata, paró y miró el reloj de secretaría, marcaba las 8, por lo que quedaban 2 horas para finalizar su jornada laboral.

Una sombra se movió cautelosamente por debajo del reloj. Era el secretario, que muchos días se quedaba trabajando hasta bastante tarde. Ella lo veía acercarse a un cajón que abría y cerraba con una llave especial y le sorprendía la mirada extraña que se le ponía después de abrir aquel cajón y mirar un extraño libro que sacaba de allí. ¿Qué secreto guardaba el secretario? ¿Cómo podría verlo ella? De repente él se volvió y al verla se puso nervioso, cerró precipitadamente el cajón, salió y se marchó. Ella lo había visto más veces hacer esto pero él no se percató de su presencia. Ahora sí, fue consciente.

Entró en secretaría y cuando vio, por la ventana, que el secretario salía del edificio, se fue al cajón para intentar descubrir el misterio que entrañaba. Obviamente este estaba cerrado y era imposible abrirlo sin romper. ¿Imposible?, no, no hay nada imposible y menos para ella con todo lo que tenía que cargar. Adela pareció rejuvenecer 10 años pues la curiosidad ilumina las células dando brillo y color a la persona. En casa habían hablado algunas veces de lo fácil que puede ser abrir una puerta y ella puso en práctica todos los métodos sin resultados positivos, pero estaba dispuesta a perder el tiempo que fuera necesario hasta conseguir abrir el cajón. Este estaba en una mesa de despacho de madera y metal pegada a la pared. ¿Y si se pudiera abrir por detrás? La separó de la pared y comprobó que la mesa estaba mal encolada y grapada. Con un  destornillador de la caja de herramientas terminó su trabajo en poco tiempo. Cuando accedió al cajón se sorprendió encontrar un libro de cuentos infantil. Al abrirlo le sorprendió descubrir que no tenía páginas, sólo el interior de las portadas, las letras y las imágenes parecían haberse emborronado pues era imposible ver o leer algo. ¿Para esto tanto esfuerzo? ¿Por qué mantenía tan en secreto este libro el secretario? Sentada en su sillón y con su libro en las manos intentó imaginar cómo sería de niño aquel hombre tan serio y tan extraño. Miraba el libro intentado hacerlo con la mirada de ese otro, que lo miraba a escondidas hablándole o recordando algo. Posando los ojos entre las imágenes borrosas y el pensamiento en lo que fuimos, queríamos ser, e imaginábamos cuando algo empezó a cambiar. Las imágenes y las letras se empezaron a correr como si de un telón de teatro se tratara y vio un paisaje de los cuentos infantiles. Unas montañas a lo lejos, cubierta de nieve las puntas. Un bosque en la ladera y a la derecha un gran estanque con patos. Una casa de campo rodeada de un huerto menos en el camino que se acercaba a quien lo miraba. La casa tenía un porche y sentado en él un anciano parecía leer el mismo cuento en el que estaba.

Adela algo sorprendida se quedó  mirando al anciano que le recordaba en algo al secretario, aunque este fuera mucho más joven. Ensimismada mirándolo empezó a notar como se volvía hacía ella, la contemplaba le sonrió y le dijo. Acércate más y acompáñame un rato. No tuvo que pensarlo, estaba harta de su rutina y necesitaba romper con su vida cotidiana. Deseaba experimentar algo nuevo ¿por qué no ir? No tenía nada que perder.

Dio un salto con la mente y se encontró en el cuento al lado del anciano que la miró y sonriéndole le dijo – gracias por venir.

El anciano le habló de que él era el guardián de los sueños perdidos; y ayudaba a que cada uno encontrara el suyo. Pero para eso hay que ser valiente, decidido, sorprenderte en la rutina, romper con normas establecidas y sobre todo mirar a lo lejos detrás de lo que vemos. Le dijo también que podría crear ella su propia historia pues así sucedía en los cuentos. Piénsala, busca tu personaje, tu escena y hazla realidad.

Ella se hizo niña, para perder algo de las responsabilidades que tenía y cogió un caballo con el que poder pasear por el bosque e irse a sitios lejanos. Al caballo le dio otros atributos: un cuerno y unas alas, por lo que se fue convirtiendo en un unicornio pegaso al que llamó Crionte. Con él voló al bosque y al pasar por una ciénaga encontró a un personaje extraño que deambulaba por allí como si fuera parte de ella. Se acercó a él y este le contó con una maquiavélica sonrisa que había sido un importante secretario. De allí se fue a lo alto de las montañas y más tarde a los sitios más fantásticos.

Después de un tiempo disfrutando de su imaginación y de su historia volvió a la casa del anciano y le dijo que quería regresar a su mundo pues allí la necesitaban. El anciano le dijo que así sería y para que pudiera regresar cuando quisiera sin necesidad de desencolar muebles ajenos ella se llevaría otro libro pues ya había escrito su propio cuento. En la portada estaba la imagen de Crionte, blanco, con su bello cuerno, con las patas delanteras alzadas y con sus alas desplegadas.

Despidiéndose del anciano volvió a dar un salto y entró en el despacho del secretario. Miró la hora y vio que volvían a ser las 8, lo que no la sorprendió pues es lo que suele ocurrir en estas ocasiones. Guardó el libro en su cajón, volvió a encolar la mesa y se dispuso a seguir su jornada laboral pero esta vez en vez de ensimismarse con los problemas familiares una sonrisa hacía ver que Crionte y sus aventuras la acompañaban.

Lola Carmona

 

 

OTRO MUNDO ES NECESARIO, ESTE ES IMPOSIBLE

Al día de hoy estoy bien, me encuentro bien y tengo una vida equilibrada. He descubierto que puedo ser feliz sin necesidad de grandes cosas y lo único que me preocupa es el destino de los demás y el futuro que dejaremos. No vivo ajena al mundo que me rodea y este tiene muchas carencias que para mí son muy importantes. No me gusta regodearme en la basura si no es para limpiarla o darle una función útil. Buscar culpables y echarles la culpa de lo que ocurre sin hacer nada al respecto me parece una gran estupidez, por eso, tengo que analizar lo que pienso y lo que creo y actuar en consecuencia.

La crisis económica mundial, los conflictos bélicos, el aceptar que mueran todos los días un montón de niños de hambre, el que la mayoría de la gente se encuentre mal ya sea económica, física o psicológica es causa del sistema socioeconómico que tenemos en el que las cosas, cualquier cosa, vale más que las personas, cualquier persona. Donde la libertad ofertada es para conseguir dinero sin importar a costa de qué o para evadirte de la realidad frustrante que nos rodea, por eso tenemos que pensar soluciones al problema global porque es el futuro de la humanidad el que está en juego.

Deben establecerse unas reglas mínimas políticas y sociales para convivir con las necesidades básicas cubiertas en este mundo global. Donde el poder económico tenga límites adecuados, para que el dinero se gane con trabajo y no especulando o con el trabajo de los demás. Donde los políticos sirvan a su pueblo y no se sirvan de su poder para su propio beneficio. Donde la manipulación política, informativa o para cualquier otro uso se considere un delito. Donde los avances científicos sean patrimonio de la humanidad.

Son muchas las cosas que están fuera de mi mano pero siempre podemos mejorar nuestro alrededor dando pequeños pasos, pero en grupo podemos conseguir avanzar más rápidamente, en nuestro día a día y en nuestro entorno.

Creo que en mayor o menor medida todos y cada uno somos responsables del mundo que tenemos. No creo que la solución venga de arriba sino que necesitamos ponernos las pilas, analizar nuestros errores, asumir nuestras responsabilidades y trabajar en equipo.

La sociedad está girando tan deprisa que no nos podemos quedar parados ni ir marcha atrás, sino que debemos adaptarnos a este movimiento y caminar con él.

Son muchas las personas que nos están invitando a que reinventemos valores universales que nos ayuden a convivir en armonía.

Si no somos capaces de convivir con quien está a nuestro lado y con quien tenemos objetivos en común es imposible que podamos hacerlo con los que son diferentes y nos resulten ajenos. Pero es ahí donde está una de las claves necesarias “el aceptar la diferencia” porque todos somos diferentes y mientras se nos reconozca y respete nuestra diferencia se nos está reconociendo nuestra individualidad y nuestra unicidad. Todos tenemos una necesidad de que así ocurra. La sociedad se enriquecerá en la medida en que sea capaz de aceptar la pluralidad que hay en ella.  Junto a esta necesidad hay otra que parece opuesta pero es su complementaria y es la de sentirse integrante de un grupo homogéneo o de intereses u objetivos comunes. Esta necesidad es la que nos hace relacionarnos con las personas o grupos afines a nosotros. Algunos desequilibrios entre la identidad personal y la pertenencia al grupo están presentes en los grupos violentos donde al otro se considera enemigo por el mero hecho de no pertenecer a su grupo.

Una vez reconocidas estas dos necesidades hay que saber encauzarlas y darles forma para que sean respetadas en todos los ámbitos, así será más fácil integrarlas en la sociedad aprovechándose mutuamente.

Un aspecto en el que tenemos muchísimo que aprender es en el diálogo y el respeto a las ideas de los demás.  La mayoría de las veces hablamos monólogos en grupo, donde, quitándonos la palabra, lo que realmente nos interesa es escucharnos a nosotros mismos. Es sorprendente como personas que nos consideramos muy tolerantes reaccionamos agresivamente cuando discutimos con alguien en vez de defender nuestros puntos de vista asertivamente. Personalmente tengo a veces  dificultad para comentar cosas con las que no estoy de acuerdo o defender posturas antipopulares. Hay mucho camino que andar pero es fundamental hacerlo.

El consumo ha sido el motor de la sociedad y nos ha manipulado mucho más de lo que creemos. ¿Por qué vivimos tantas personas solas? ¿Cuántas relaciones tienen el mismo esquema de usar y tirar? ¿Quién se beneficia de esto?

Tenemos que aprender a convivir superando los mensajes consumistas que nos tienen subyugados. Necesitamos muchas menos cosas de las que creemos y mucho más compartir ideas y sentimientos que nos hagan crecer como personas.

Libertad no es hacer lo que nos apetece, eso es capricho que facilita el consumo. La verdadera libertad es el derecho a hacer y expresar lo mejor de uno en beneficio propio y de los demás. La libertad nos enriquece porque a través de ella sacamos lo mejor de cada uno. Es increíble lo tapado que está este concepto y lo cerca que lo encuentro de la creatividad y el desarrollo personal. ¿Cuánta gente se siente insatisfecha de su vida porque no se siente realizada? ¿Cuánta juventud deprimida y sin saber qué hacer? ¿Cuánta persona infrautilizada? Hay un gran capital humano del que se podría aprovechar la sociedad y por el contrario se está malgastando. Por el contrario, es increíble la incompetencia que hay en la administración y en las altas esferas.

Todo esto que ocurre a nivel general también ocurre a nivel individual pues estamos tan acostumbrados a desaprovechar lo realmente importante que no llegamos a conocer a las personas de nuestro alrededor. No conocemos sus capacidades, sus necesidades, lo que piensan, lo que sienten; nos quedamos en el escaparate, en lo típico o en el tópico.

Cuando estamos en un grupo tenemos el derecho y el deber de utilizarlo en las dos direcciones es decir que el grupo nos enriquezca y que a la vez crezca con nuestras aportaciones.

Sinceramente, pienso que si no estamos conformes con este mundo, tenemos que ayudar a transformarlo.

Lola Carmona

 


 

EL GUITARRISTA DE LA ESQUINA


Por Lola Carmona


Gustavito era un niño perfecto, orgullo de sus padres y preferido de sus maestros. Era un niño que todo lo intentaba hacer como los adultos querían. Gustavito no te ensucies en el parque y él se sentaba en un banco viendo jugar a los demás, pero quedándose impecable. Por mucho que disfrutaran los demás niños jugando, más disfrutaba él cuando regresaba a su hogar y recibía las alabanzas de todos los que allí en ese momento estaban. Os comunico que su madre tenía una peluquería, barata y clandestina, en el salón de su casa. Eran muchas las admiraciones y alabanzas referentes a lo buenísimo que era, y eso, a él le gustaba.
En el colegio ocurría algo parecido pues su maestra sabía que las mejores libretas y los libros más cuidados eran siempre de nuestro amigo. Cuando hacía falta que alguien hiciera algo, allí iba Gustavito, y eso, a él le encantaba.
Fue pasando el tiempo y nadie se dio cuenta de que se estaba mimetizando en una sombra que reflejaba los deseos de los demás y en la que él había pospuesto los suyos confundido por la necesidad de aprobación.
Un día, al pasar por una plaza, se encontró en una esquina con un hombre que hacía saltar sentimientos al rasgar las cuerdas de su guitarra. Gustavo, pues ya había crecido y dejado el diminutivo, se quedó extrañado ante el desajuste emocional que estaba ocurriendo en su interior. El cantante era de edad indefinida, por lo menos para nuestro muchacho y bastante desarrapado; pero lo que más llamaba la atención de Gustavo eran los sonidos expulsados con las manos y que iban adornados con gestos de la cara.
Se sentó en un banco de la plaza y estuvo un montón de horas embobado contemplándolo y sintiendo cada nota que saltaba de aquel instrumento de madera como si fueran chispas de un fuego. Poco a poco dejo de ser él y empezó a convertirse en dedos en gestos, en música. Allí estuvo hasta que aquel guitarrista dejó de tocar. Con las notas en la cabeza y una sonrisa extraña se fue a la casa donde estaban preocupados por el retraso, inconcebible en él.
La mesa puesta con el padre, la madre, la tía y el abuelo esperando para cenar. Él por primera vez en su vida no daba ninguna explicación sólo expresaba aquella extraña sonrisa ante la mirada sorprendida de los demás. Al final de la cena cuando terminaron de saborear las natillas con galleta que había de postre dijo solemnemente. “Ya sé lo que voy a ser, guitarrista de la esquina”




EL ABANICO

 

Era la fiesta de fin de curso y el instituto parecía haber sufrido un terremoto, todo estaba fuera de su sitio, nada parecía encontrarse en el lugar establecido; más que un centro educativo parecía un enclave donde se instruyera en la guerrilla o en la revolución.

El descontrol quedó patente cuando vimos a profesores y alumnos con síntomas de embriaguez.

Yo me sentía ya un poco fuera de lugar y me puse a buscar a mis dos grandes amigas Leo y Ana que se encontraban charlando en un grupo inarmónico sin gran entusiasmo. Era nuestro último fin de curso y sentía algo de nostalgia por lo que acababa y algo de temor por lo que iba a iniciar.

Hartas de comida y bebida, permitida y transgresora, decidimos las tres aprovechar la ocasión y recorrer los lugares ocultos del centro en busca de secretos inconfesables. Había unos espacios donde se almacenaban las cosas más increíbles y que parecían haberse quedado atrapadas en el pasado. Estos espacios estaban cerrados bajo llave y estas llaves se encontraban en un tablero detrás de la puerta de secretaría.

Fuimos tranquilamente hacía allí y formando una cadena de aviso nos pusimos Ana y yo a la distancia necesaria para vigilar la posible llegada de un delator, mientras Leo cogía las llaves adecuadas. Salvo un pequeño susto ocasionado por un grupo que pasó dando saltos, resultó fácil el robo premeditado.

Con las llaves en las manos decidimos empezar por los espacios más alejados ya que sería lo más seguro.

El primer sitio donde entramos estaba lleno de mesas y sillas viejas por lo que fue abrirlo y cerrarlo ya que no había ventana y el aire era irrespirable.

El segundo sitio estaba al lado del patio y aunque nos podían ver entrar no parecía que hubiera mucho interés en nosotras. Cuando encendimos la luz descubrimos material de deporte de poco uso, miramos cosas que habíamos utilizado muy pocas veces como un paracaídas que se utilizó en un día de la paz y otras muchas que no recordábamos haberlas utilizado nunca. Como el aire estaba cargado y no teníamos más interés salimos fuera.

El tercer sitio estaba junto a la biblioteca y se encontraba casi lleno de libros viejos llenos de polvo, posiblemente ilustrado, pero al fin y al cabo polvo. Un pequeño ventanuco dejaba pasar algo de claridad por lo que cerramos la puerta y lo abrimos todo lo que pudimos. Había unas cajas que contenían diversas cosas y entre ellas me sorprendió encontrar un abanico. El abanico era claro aunque de color algo indefinido, parecía antiguo y tenía dibujado algo ¿Qué hacía un abanico entre los libros? ¿Qué sentido tenía en la biblioteca? Lo miramos con atención, observamos un paisaje rural y descubrimos que estaba dedicado y firmado, aunque las palabras estaban difuminadas y no se leían con claridad. Lo cogimos y como no parecía haber más cosas de interés cerramos las cajas, el ventanuco, la puerta y salimos de allí.

El abanico nos había llenado de interés por lo que decidimos dejar las llaves en su lugar y empezar a investigar sobre su origen y recorrido en la vida.

Con una lupa, que cogimos del laboratorio, vimos las letras fragmentadas de lo que parecían palabras sin sentido y una fecha que resaltaba con claridad 1961.

Empezamos a imaginar qué pudo haber ocurrido y Ana pensó en una relación amorosa de dos profesores y que ella habría muerto repentinamente dejándolo en la biblioteca.

Leo pensó en una aventura entre dos estudiantes que al romperse dejó olvidado el abanico en la biblioteca y alguien lo guardó pensando en que podrían venir a recogerlo.

Yo pensé que ese abanico se había puesto allí para que nosotras lo encontráramos y así poder descubrir un asesinato en el centro.

Nos reímos con las interpretaciones y nos pusimos a pensar que necesitábamos contactar con alguien que hubiera estado en el instituto en aquella fecha y que pudiera recordar alguna pista. Era difícil pues deberían tener los profesores más jóvenes cerca de 80 años y ¿sabrían ellos algo? También pensamos que sería interesante seguir el hilo del encargado de la biblioteca, ya que podría ser el que supiera algo.

Por otro lado teníamos que seguir descifrando la dedicatoria y la firma pues eran piezas claves aunque casi imposibles de averiguar.

Empezamos a preguntar a familiares, vecinos y personas de más edad y nos hablaron de Simonne, profesora de francés de aquella época y que colaboraba con la biblioteca. Vivía sola en una casita a las afueras, la llamamos y quedamos para la tarde del jueves. ¡Estábamos entusiasmadas!

Cuando llamamos a la casa el jueves, la emoción no nos dejó ver el pequeño jardín, cuidado con esmero, que nos recibía vestido de alegres colores. Nos abrió una señora mayor alegre y pizpireta que estaba entusiasmada al recibir gente joven pues estaba harta de carcamales que sólo hablaban de sus dolamas.

Al principio nos sentíamos un poco cohibidas por como empezar y la respuesta que podríamos obtener pero ella era una mujer abierta y con ese don tan especial que tienen algunas personas de hacerte sentir que la conoces de toda la vida. Le preguntamos cosas del instituto en su época y ella se explayó entusiasmada. También quería saber de nosotras, de nuestras familias por si podía conseguir un punto de referencia y se puso contenta al descubrir que había sido profesora de una tía de Ana a la que tenía en alta estima.

Poco a poco fuimos llevándola a nuestro terreno preguntándole por las cosas que se guardaban en la biblioteca y cuando ya se habían roto todos los muros de la desconfianza entramos a preguntarle por el abanico. En aquel ambiente distendido le explicamos nuestras teorías y la animamos a que nos resolviera las dudas enseñándoselo. Ella lo observó con detenimiento, lo miró, lo remiró, se quedó pensando mientras nosotras esperábamos expectantes que averiguara y dijera algo. Después de unos interminables 5 minutos de observación de las letras empezó a cambiar su gesto, inició una sonrisa, siguió una mueca, comenzó la risa y terminó a carcajadas. Ya tenía la solución.

Aquel abanico vistoso en su día, fue llevado al centro en una campaña de propaganda de unos determinados chocolates. La bibliotecaria era calurosa y cuando llegaba junio con él se abanicaba. Se supone que cuando se jubiló, por los años 80, nadie se acordó de los chocolates. Las letras desteñidas se confundieron con una dedicatoria y se guardó como se guardan tantas cosas que no se sabe qué hacer con ellas, en una caja.

Nosotras pudimos entender la dedicatoria “chocolates Elgorriaga”
 

Lola Carmona

 

 

LAS TRES LLAVES


Aquel día Samuel no esperaba nada porque no había nada que lo esperara. Estaba en uno de los momentos más bajos de su existencia, en esos que todo se pone en contra y nos aprisiona dejándonos sin esperanza. Ensimismado en negros pensamientos caminaba cabizbajo por una calle oscura y solitaria cuando algo le llamó la atención, un bonito sobre dorado que. Enseguida algo dentro de su cerebro se movió, creo que le sorprendió un toque de ilusión. Cambiando el gesto lúgubre del rostro por una sonrisa lo recogió del suelo, mirando con recelo a su alrededor, por si alguien se lo quería arrebatar y lo abrió con bastante nerviosismo.


El sobre contenía una invitación para ir a una casa, no ponía nombre, sí una dirección e incluía 3 llaves. Una era antigua, grande y de hierro, otra era de las más normales en las casas actuales y la última era la más extraña de las tres, transparente, pequeña y sus dientes formaban pequeñas figuras difíciles de distinguir.


Inmediatamente traspuso en dirección a la casa y mientras caminaba se sumergió en todo tipo de lucubraciones que explicaran la invitación, razones, personajes y todo lo que rodeara a esta.


Cuando llegó vio una casa algo solitaria, al final de una calle y cerca de un parque olvidado por encontrarse lejos de todas partes. La casa tenía las ventanas cerradas y parecía estar deshabitada desde casi siempre. Llamó al timbre y nadie contestó por lo que sacando las llaves comprobó que la más normal abría la puerta así que con timidez la empujó hasta poder contemplar su interior.


La puerta daba a un gran salón con una escalera de mármol que le pareció darle la bienvenida. El habitáculo disponía de escasos muebles ya que sólo contaba con un pequeño escritorio, una librería y una enorme mesa con sillas alrededor. Como decoración algunos libros, una lámpara de cristal grande de techo y un cuadro que llenaba el espacio. El cuadro era un retrato de un hombre mayor con bigote y barba que te miraba muy serio desde todos lados. Samuel se acobardó ante su mirada.


Una vez reconstruido por dentro o ahuyentado su pavor decidió inspeccionar el resto de la casa; para ello, subió la escalera en busca de otras habitaciones. Su sorpresa fue mayúscula al comprobar que la casa no disponía de más habitaciones que el salón y una buhardilla al final de la escalera con una puerta cerrada. Comprobó las llaves y descubrió que la de hierro era la adecuada así que con algo de sigilo y mucho miedo la abrió. Allí sólo había una cama muy vieja, un gran espejo y una ventana de madera que parecía romperse cuando quiso abrirla.


Algo no cuadraba allí. No había cuarto de baño, ni cocina, ni dormitorios, ni armarios… ni muchas de las cosas que consideramos fundamentales y que en aquella casa no aparecían por ningún lado.


Cansado como estaba, Samuel se echó en el camastro y fue cayendo en un sopor que dio paso a un profundo sueño donde se veía como dueño y señor de la casa. El salón empezó a llenarse de personas y objetos. Mas tarde cambiaba constantemente de forma, tamaño, color. ¡Parecía tener vida propia! En él surgían y desaparecían gran cantidad de objetos, personas y vivencias como si fueran parte ígnea de un volcán en ebullición. Todo parecía fluir entrelazándose sin orden y sentido para desaparecer dejando sitio a otras vivencias.


Samuel contemplaba el espectáculo mientras intentaba descubrir lo que allí surgía. Se sorprendió cuando encontró cosas que desde hacía mucho tiempo no había visto: el coche que le regaló su abuelo cuando cumplió 9 años, la chica que le gustaba en el instituto, las discusiones con sus padres y parejas, problemas personales, su situación económica… Entonces se dio cuenta de que eran sus recuerdos y él vio una gran cadena que los ataba a ellos. La cadena larga y con bifurcaciones se ramificaba por todos lados. Descubrió que en la parte alta estaba el coche que deseaba, mucho miedo se escondía debajo de la cama, encima el sexo más deseado, poder, reconocimiento, aplausos. Los colores eran mucho más nítidos y contrastados que los recuerdos pues en la buhardilla estaban sus ilusiones, sus miedos, sus esperanzas.


La cadena cada vez le pesaba más y no se le ocurría como quitársela hasta que se acordó de la 3ª llave, la más extraña. La buscó como pudo aunque tuvo que utilizar todas las retahílas que le enseñaron para poder encontrar los objetos perdidos. Sin saber cual fue la que le corresponde el mérito, la llave apareció. Lo malo es que no había cerradura en la cadena por lo que empezó a fijarse en las figuras que componían la llave. Encontró un hombre y al fijarse mucho reconoció que le recordaba a su padre así que girándola hacía donde estaba él notó como su imagen y la cadena que lo agarraba desaparecía. Para cada recuerdo tuvo que seguir los mismos pasos. Las ilusiones y los miedos se escapaban y escondían con rapidez por lo que no podía soltarlos, pero comprendió que estos se apoyaban en recuerdos por lo que poco a poco conforme estos desaparecían los otros se debilitaban también.
Al cabo del rato y con el trabajo terminado se acercó al espejo y comprobó bastante asustado que no era él, sino el anciano del cuadro. Había envejecido de repente 30 o 40 años. Cuando se volvió, la sala estaba vacía, sin cadenas y él se despertaba en aquella destartalada cama.


Cuando Samuel se levantó fue raudo al espejo pero no quedaba rastro del sueño. Él seguía siendo el de siempre salvo por una mirada algo extraña que le pareció percibir.


Bajó las escaleras y todo parecía estar como al principio. Su mirada descubrió el cuadro en el que no estaba el anciano pues ahora era su retrato.


Lola Carmona

 

 

EL TRASVASE
 

La granja estaba revuelta sin saber a que atenerse. La noche aún no se había despedido cuando un estruendo irrumpió violentamente sin dar tiempo a la naturaleza a despertarse con gotas de luz, como hace desde tiempos inmemoriales. ¿A qué venía tanto ruido? Las gallinas cacareaban, los burros rebuznaban, los perros ladraban y así sucesivamente cada animal demostraba como podía su descontento hacia aquel desagradable despertar. El gallo se quedó en un principio sin habla pues le habían atacado en donde más le dolía “ser el despertador” y poco después pasó al más desagradable.

Estaba tan enfadado que su sonido era una mezcla de chillido extraño, entre cacareo y maullido que nos dejaba a todos en estado casi catatónico. Después de un tiempo, comprendimos que lo había hecho simplemente para llamar la atención.

Lo que producía tanto ruido a esas horas intespectivas no era sino El trasvase.

Río Grande iba a dar agua a Guadalseco ya que este último estaba en zona según algunos “altamente desarrollada” y según otros “altamente especulada” Mientras que Río Grande pasaba por simples campos de cultivo que como habían estado ahí toda la vida, no había razón para pensar que tuvieran ningún valor. De hecho era mucha la gente de la zona que se marchaba a otro lugar.

La situación preocupaba, además de a los animales, a las personas que les hacían compañía. Ellos además de no querer comprenderlo les molestaba la situación enormemente.

Se lo quiso explicar el burro y nada de nada, se lo quiso explicar la cabra y lo mismo, se lo quiso explicar la gallina y casi la dejan estéril. Después de muchos intentos los dejaron por imposibles, tal vez porque cuando alguno se acercaba sólo oía “déjame en paz”.

María y Manolo llevaban tda la vida en aquel lugar y no querían que se lo cambiaran. No sabían, como personas de compañía que eran, que en la vida no hay nunca nada igual y que aunque digan lo contrario, es el presente el que no existe.

Los animales no sabían qué hacer con aquellos dos mohínos y tristes que iban de acá para allá de día y de noche. Del cortijo al trasvase, del trasvase al campo, del campo al trasvase, del trasvase al cortijo y vuelta a empezar.

Todo el tiempo andaban enfadados como echándose las culpas de su desgracia entre ellos o a quién se les acercara. Empezaron las malas miradas, los malos gestos, las malas palabras. Siguieron los insultos, las malas alusiones a la familia y como estáis imaginando la situación no parecía tener buen final.

Pero como esta es mi historia y a mí me gustan los finales felices no tenéis que sufrir pues se resolverá todo a beneficio de la mayoría. Claro, que la mayoría vive en las proximidades a Río Grande con jardín y piscina.

Aconteció un día, que pasó por allí un hombre con una furgoneta en dirección al pueblo. Quiso el hombre acercarse a ver las obras del trasvase y como aquello estaba regular se quedó atrancada la rueda trasera izquierda en un barrizal del camino. El dueño al intentar maniobrar se equivocó y en vez de sacar la una, metió las otras tres. Cada vez más nervioso y alterado aceleraba con fuerza empeorando la situación. En esto, que en su paseo al trasvase, pasaron por allí perros y burros con sus personas de compañía. Al ver la situación se pusieron a ayudar. Los burros delante tirando con una cuerda y las personas detrás. Como la furgoneta iba muy cargada no avanzaban. Así que quitaron sacos y volvieron a empujar y poco a poco consiguieron sacarlo de aquel ya profundo barrizal.

El dueño les dio las gracias y nervioso como estaba, se fue dejándose los sacos a la vera del camino. Cuando se dieron cuenta, la distancia era demasiada para que les escucharan. Esperaron unos días y cambió el tema de conversación. La crispación por el trasvase había dejado paso a las anécdotas del atasco y a su eficaz ayuda. A las semanas, viendo que el hombre no volvía, abrieron los sacos y descubrieron que estaban llenos de pipas.

Ahora, se toman la vida más relajada. Van al trasvase a ver cómo van las obras, van al campo a trabajar; pero cuando llegan al cortijo, se sientan en la puerta, abren el saco y entre risas, comen pipas sin parar.
 

Lola Carmona