Nace el sol por el Oriente,
las olas nacen del mar,
y estos versos van naciendo
del valor de la amistad.
Como pájaro en el campo
mi alma levanta el vuelo
pensando en dos campesinos
con muchísimo salero.
Con mi pluma cual fusil
yo comienzo a disparar
para cazar a dos jilgueros
con muy bonito cantar.
Poniendo todo el sentir
al personaje me amoldo,
son dos hermanos gemelos
de tierras de Riogordo.
Porque a mí estos amigos
me caen la mar de bien,
con el corazón en la mano
intentaré sorprender.
Desde el vientre de la madre
unidos fueron creciendo
y unidos van codo a codo
esta vida recorriendo.
Con esa sabiduría
que al hombre le da la tierra
ellos conocen el campo
como el águila la sierra.
A estos bravos labradores
el trabajo no les pesa,
le hacen cara con coraje,
mucha constancia y firmeza.
Cuando entran en faena
estos valientes hermanos
parecen cogiendo el fruto
que tienen cuarenta manos.
Cosechan con todo el garbo
las hermosas berenjenas,
el pimiento y el tomate
que quitan todas las penas.
Tienen más conocimiento
cultivando estos serranos
que operando el más pintao
de todos los cirujanos.
Sus frutos tienen pureza
de la mejor calidad,
polinizan con abejas
de una forma natural.
Igual que es feliz cantando
en primavera un jilguero
son felices trabajando
dentro del invernadero.
Ellos son oro molío
en el campo trabajando
y pura candela viva
con sus chistes y cantando.
Estos tremendos hermanos
cuando se lían de chistes
son dos cachondos gorriones
que no les falta el alpiste.
Que les apasiona el cante
en el aire se les ve,
labran el invernadero
a ritmo de radio Olé.
Les enamora la copla
más que amapola al trigal,
por eso cantan tan lindo
al estilo de Escobar.
En el Rincón de mi Ariza
sus cantares aún me suenan,
con ellos yo me sentía
igual que en una verbena.
A estos flamencos mellizos
del pueblo de Riogordo
les encanta más Torrox
que una gallina a un zorro.
Les quiero rogar cantando
que uno se ponga un zarcillo
y así poder distinguir
quien es Antonio o Juanillo.
Tan auténticos gemelos
se vinieron a casar
con dos hermanas gemelas
que aún se parecen más.
Echando un rato con ellos
olvido todas las penas
porque los dos son sin duda
dulces como una colmena.
Más ejemplo que da el Papa
dan ellos de ser cristianos,
cumplen con los mandamientos
llevándose como hermanos.
A esa sangre campesina
que os corre por las venas
con mi cante y amistad
os ofrezco estos poemas.