Mi golosa barriga

Quiero decirles cantando

lo que piensa de la vida

esta divina caldera,

que es mi golosa barriga.

 

Con qué gran sabiduría

hizo Dios la Primavera,

con sus nísperos cargaos

y sus higueras de brevas.

 

Son las frutas tan sabrosas

del verano mi alegría,

la uva, el melocotón,

el melón y la sandía;

las ciruelas tan hermosas,

belleza de Andalucía,

cuando las tengo en mis manos

las penillas se me olvían.

 

Grandes deseos me rondan

en la espera del verano,

para tenderme a la sombra

y tragar como un romano.

 

Y por el Otoño, amigos,

de verdad que ya me mato;

la feria con sus turrones

y cocíos de boniatos.

 

El Invierno con la lluvia,

es para mí lo más bueno,

por sus migas tan sabrosas

y su vino del terreno.

 

Como loca mi barriga

empieza a pegarme saltos,

cuando me pongo a pensar

en potajes de garbanzos.

 

Y de la rica paella,

mejor de ella no hablar,

con sus gambas, mejillones

que me hacen delirar.

 

De nuestro Mediterráneo

sí que sale cosa fina;

el besugo, el calamar,

la almeja y la sardina,

que va soltando a la brasa,

un olor que me fascina

 

Me parece que ya estoy

soñando en un bello cuento

comiéndome unas patatas

con cebollas y pimientos.

 

Madre de mi corazón,

tengo sueños a millares,

de nuestro cerdo ibérico

me gustan hasta los andares.

 

Tan solo pensar en él

me entran a mí temblores,

con su sabroso tocino

y sus buenos chicharrones.

 

Y esa morcilla exquisita

con su pimienta molía,

un poquito a la candela

en un bollo bien metía.

 

Y no tiene desperdicio,

cuando lo veo me desmayo

sus pezuñas y sus orejas

navegando en unos callos.

 

Virgen mía de mi alma,

sácame de este letargo

 Mi corazón se acelera

y me puede pasar algo.

 

Ya me voy a la cocina,

madre de mi corazón,

a ver si me calmo un poco

enganchándome al jamón.